Una periodista llena de adrenalina acudió a los gimnasios para estar en forma y en la vorágine del ejercicio halló su pasión: el fitness.
Por: NANCY GUERRERO LÓPEZ
ATLETA BIKINI FITNESS
Siempre me gustó estar donde ‘las papas queman’. Por eso, en mi afán de obtener un título profesional, estudié periodismo en el paralelo Quevedo de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de Guayaquil. Me preparé y conseguí el título que siempre anhelé: Periodista profesional.
Ejercí por varios años en Diario La Hora, en Quevedo. Estoy encantada de lo que he venido haciendo durante tanto tiempo, hasta ahora extraño ese rol de periodista. También me desempeño como madre y esposa.
Por cosas de la vida dejé a un lado la sala de redacción, las ruedas de prensa y las cámaras para dedicarme al deporte del fitness. Lo tomé como un desafío. Siempre me decían: ‘tú no puedes, tú no llegarás’, pero yo soñaba estar en esa tarima, decía: ‘yo quiero tener ese cuerpazo’. Por eso decidí prepararme, entrenar, tratar de comer sano.
He logrado hasta ahora, primero el título provincial, que fue el año pasado. Luego participé en un Míster Ecuador, donde quedé en un tercer lugar. Ya sabía que sí podía, porque estaba logrando algo.
Luego me fui a Latacunga, a un campeonato abierto nacional, donde quedé en primer lugar. Entonces dije: ‘sí puedo llegar lejos’, confirmé que podía y por eso me seguí preparando. Participé en un nacional abierto que se dio en Guayaquil, donde quedé en el primer lugar.
Después de ese campeonato nacional que gané ahora último en Guayaquil, me llamaron y me dijeron que iría a competir en Colombia. Me fui a la Copa Navidad que se realizó en la ciudad de Bogotá y también quedé en primer lugar, clasificando con el pase profesional al Míster Olimpia.
Nunca imaginé que iba a llegar tan lejos. Jamás en mi vida lo imaginé. Siempre tuve ese sueño, ahora que lo he cumplido, pienso llegar mucho más alto.
Al principio me dio interés porque me gustaba ver los campeonatos y veía a las chicas cómo salían. Yo no sabía ni siquiera caminar bien. Yo las veía como se movían en la pasarela y me decía: ‘Algún día tengo que aprender’. Ahora estoy mejorando y quiero llegar más lejos.
Hace unos 10 años hacía ejercicios para mantenerme en forma, no subir de peso, pero nunca así tan fuerte, soportar dietas o rutinas que me dejan ‘muerta’ o tendida en el piso.
A mi esposo, Pedro Montiel, lo conocí siendo culturista. Yo entrenaba en un gimnasio del centro de Quevedo, pero no iba por él (risas), sino porque estaba un poco pasada de peso. Tras conocernos empezamos una relación amorosa. Hoy tenemos una hija y somos muy felices.
Yo a su vez estaba inmersa en el periodismo en aquella época. Me convertí en madre a los 24 años, no tenía aún esa dedicación completa al gimnasio, porque debía cuidar a mi hija pequeña y no me daba el tiempo para venir.
Este cambio de vida, sin embargo, ha sido muy brusco porque cambiar la alimentación es muy difícil. Dejar de comer lo que te gusta, dejar las hamburguesas, papi pollo o dejar tantas cosas para dedicarte a comer solamente comida sana, baja en sal, cero azúcares, sin grasas o carbohidratos.
Muchas veces he dejado los carbohidratos porque mi contextura no me da para mucho de eso. Solo lo hago cuando entreno piernas, pero en pequeñas cantidades.
He tenido muchas veces ansiedad por ciertos alimentos. Para quitármela lo que hago es comer manzana verde. Eso la detiene. Una vez que termina la competencia me doy rienda suelta una semana, comiendo lo que más me gusta. Luego retomo mis dietas normales.
Antes yo comía de todo: hamburguesas, arroz, ceviches… de todo. No tenía control. Yo era una mujer flaca pero con bastantes grasitas.
El ejercicio te ayuda bastante, te saca el estrés, te mantiene muy activo, es muy bueno. No digo que el deporte te de salud porque no lo es. El deporte más bien es un estilo de vida. Sería salud si te mantienes bien, a un ritmo suave, porque hay que bajar grasas, azúcares y otras cosas. Así que les recomiendo hacer deporte.
FRASES
Hace unos 10 años hacía ejercicios para mantenerme en forma, no subir de peso, pero nunca así tan fuerte, soportar dietas o rutinas que me dejan ‘muerta’ o tendida en el piso.
Nunca imaginé que iba a llegar tan lejos. Jamás en mi vida lo imaginé. Siempre tuve ese sueño, ahora que lo he cumplido, pienso llegar mucho más alto.