MONTALVO – BABAHOYO.
La madrugada del domingo Luis Miguel Narea Rodríguez, de aproximadamente 30 años, viajaba de copiloto en una motocicleta de un amigo, cuando de pronto se impactaron con otro vehículo de similares características.
El hecho que se registró en la avenida 25 de Abril en el sector comprendido entre Malecón y el Puente del cantón Montalvo, lo dejó herido de gravedad. Según su hermana Marlene Narea, fue abandonado por su amigo en el sitio de la desgracia. Hasta ahora se desconoce sobre el paradero del conductor de la moto.
Una vez que sus familiares se enteraron de la mala noticia, acudieron hasta el sitio y fue allí que se encontraron con el joven tendido en medio de un gran charco de sangre.
No resistió
El montalvino fue trasladado de inmediato hasta el Centro de Salud de Montalvo para que reciba las primeras atenciones, pero por la gravedad de sus lesiones fue llevado hasta el Hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) en Babahoyo. Posteriormente fue transferido hasta el Hospital General Martín Icaza. Allí permaneció internado varios días, aferrándose a la existencia, pero aproximadamente a las 21:00 del martes los galenos confirmaron a sus familiares sobre el deceso.
Por ello, fue enviado hasta la morgue de Babahoyo para la autopsia de ley, la misma que se le fue realizada ayer en la mañana en medio del dolor y resignación por medio de sus allegados.
La víctima se dedicaba a trabajar como jornalero y no procreó hijos. “Él era una buena persona, tranquilo y amiguero. Nunca pensamos que algo así le ocurriría”, expresó.
Un caso similar
En el anfiteatro de la capital riosense también se encontraban los familiares de un adolescente de 17 años, quien desde el 8 de enero, cuando la moto que conducía terminó chocando con un taxi en la avenida Universitaria.
Desde entonces, quedó postrado en una cama, aunque por momentos sus familiares se ilusionaron en que el joven oriundo del sector Voluntad de Dios 2, jurisdicción de Babahoyo, volvería a llevar una vida normal, puesto que tras 25 días de permanecer en estado de coma, en una casa de salud de Guayaquil, el menor reaccionó. “Como ya estaba fuera de peligro le dieron el alta médica, pero después de varios días volvió a recaer así que lo trasladamos al Martín Icaza, donde también se puso mejor, aunque nunca recobraba el normal funcionamiento de su cerebro, y lo enviaron a casa. Hace pocos días volvió a empeorar pero ya esta vez no pudo volver a estabilizarse”, dijo su madre María Murillo.
La adolorida mujer recordaba que su hijo era una personas trabajadora y que aunque por momentos decidió alejarse de los estudios, cuando su padre falleció, años más tarde le cogió amor a la educación, pues siempre soñaba con ser un reconocido ingeniero, pero sus sueños se esfumaron ayer en horas en la mañana cuando dejó de existir. (NDA)
