A poner a cada quien en su sitio

El presidente Lenín Moreno acaba de ahondar la distancia que le separaba del correísmo, al retirar las escoltas al expresidente Rafael Correa y sus familiares, debido al bajo riesgo a su seguridad existente en su país de residencia, así como Al exvicepresidente Jorge Glas en el interior y en el exterior de la cárcel 4 de Quito donde se encuentra preso. La decisión se tomó por recomendación del Ministerio de Defensa, que a su vez recibió informes al respecto de la Secretaría Nacional de Inteligencia (Senain).

Esos dispositivos de seguridad se los otorgó, cabe recordar, el propio Correa antes de dejar el cargo mediante un decreto con su firma, desde luego. Más que el costo que representa para un Estado como el nuestro que se debate en una crisis económica que, precisamente, generaron las “medidas creativas” del expresidente, de lo que se trata es de un problema moral. Los abultados casos de corrupción y atropello a la Constitución y a las leyes del país vuelven indecoroso e insultante que a dos de sus actores principales se les dé un servicio semejante.

Quienes hoy no tienen empleo o están en lo que eufemísticamente se denomina “empleo no adecuado”, a quienes no reciben servicios de salud o de educación pública decentes, a las decenas de familias que en el terremoto de las provincias costeñas quedaron a la intemperie y aún claman por una vivienda, semejante dispendio es afrentoso. También para los ciudadanos que pagan sus impuestos para que estas tragedias cotidianas sean superadas es algo equivalente a una estafa.

Ya era hora de poner cada quien en su sitio.


Las ganancias mal logradas reportan pérdidas”. Eurípides de Salamina Poeta trágico griego (480 AC-406 AC)

Antes hay que desconfiar del que busca razones por las que nos beneficia, que del que nos beneficia sin buscar razones”. Miguel de Unamuno Filósofo y escritor español (1864-1936)