Nominación por su lucha contra la sigatoka

El quevedeño Ángel Llerena aspira el Premio Nobel en Fisiología con sus investigaciones de agua ozonizada en el control de plagas en las plantaciones de banano.

El académico quevedeño Ángel Bernardo Llerena Hidalgo hace historia. Se ha convertido en el primer ecuatoriano en estar nominado para un Nobel en la rama de fisiología, precisamente por una investigación ligada al control de la sigatoka negra, que afecta a los sembríos de este sector.

Su proyecto lo comenzó a desarrollar hace cinco años en el laboratorio de la Facultad Técnica de la Universidad Católica de Guayaquil, donde desempeña su labor académica, actividad que combina con el manejo de su hacienda, a la que dedica especialmente los fines de semana.

Su nominación fue inesperada. En noviembre de 2017 estaba en un congreso en Cuba cuando una comisión científica le propuso promover su investigación para que compita por un Nobel, auspiciado por la Universidad Agraria de La Habana y otras entidades, que cumplen requisitos para elevar una nominación.

Desde pequeño estuvo rodeado de plantaciones bananeras en Quevedo, provincia de Los Ríos, pues su padre tenía una hacienda productora de banano que en 1979 debió asumir. Él tenía 24 años cuando agarró el desafío de administrar la propiedad familiar, tras la muerte de su progenitor.

Descubrimiento

El proyecto de agua ozonizada para controlar la sigatoka negra en el banano tiene tres componentes que pueden interesar en gran medida al comité del Nobel en Medicina y Fisiología: no contamina el ambiente, reduce en un 40% los costos del control de la plaga y retrasa la maduración de la fruta, lo cual le otorga mayores oportunidades para la exportación.

Esos fueron los resultados que son parte de una investigación a cargo de este ingeniero agrónomo y doctor en Ciencias Agrícolas.

Por años, Llerena se ha centrado en explorar metodologías para una agricultura más sostenible y alternativas agroecológicas para un mejor rendimiento de los cultivos y el control de plagas sin químicos ni contaminantes. Su idea es que estas indagaciones se traduzcan en beneficios ambientales, económicos y sociales para la comunidad.

Recuerda que todo empezó cuando un amigo le contó que estaba por cerrar su negocio de venta de agua con ozono. Llerena, que ya venía con algunas investigaciones para tratar de reducir el uso de pesticidas en sembríos, refiere que se planteó la posibilidad de usar ese ozono como un sustituto de pesticidas para combatir la sigatoka negra en el banano.

Detalles

Las primeras pruebas fueron en Quevedo, en una hectárea de banano donde la fumigación área con pesticidas no llegaba. Comenzaron a aplicar ozono cada ocho días con bombas de motor. Y luego probaron en el cantón Baba y la parroquia Tres Postes del cantón Jujan. Se logró controlar la sigatoka, se mejoró en un 25% el rendimiento y se redujo el costo en un 40% por dejar de usar pesticidas.

Llerena, casado y padre de un hijo que es ingeniero agropecuario, contó que actualmente el sistema se aplica en cinco bananeras, que tienen unas 70 hectáreas, con resultados óptimos.

“Un agricultor gasta 1.000 dólares anuales en químicos por hectárea, con ozono se demanda unos 600 dólares”, señaló Llerena en declaraciones a Ecuavisa.

Hace tres meses, el descubrimiento obtuvo la patente del Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual y Llerena cree que está listo para su uso masivo en las bananeras del Ecuador.

Cree que este país tiene potencial para desarrollar investigación, especialmente en la agricultura, pero añade que ese impulso debe venir del Estado.

Ahora alista su viaje a Suecia, donde el primero de octubre se anunciará al ganador de la categoría en la que compiten 27 postulantes. (RCL)

Otros resultados

Además de la muerte del hongo, Ángel Llerena notó que las plantas se tornan más vigorosas, luciendo un mayor número de hojas. “El ozono actúa en el suelo liberando nutrientes con mayor disponibilidad para la planta”. La solución ozonizada incluso alargó la vida verde del fruto, hasta por 21 días, logrando que sea más competitiva para su exportación.

En una segunda fase

Ángel Llerena abre el alcance de la sustancia con ozono a grandes haciendas, con más de 50 hectáreas de banano. “Diseñamos un sistema para que se incluya el ozono en el equipo de riego de las bananeras grandes y así no hay necesidad de fumigar con bombas de motor”.

Sin embargo, el agrónomo prefiere fijar sus esfuerzos en ampliar las aplicaciones de su descubrimiento. “Hace falta difundir las ventajas de este método y desarrollar investigaciones en otras áreas donde la sigatoka tiene mayor incidencia: las zonas calientes donde hay más humedad, como en Quevedo, Valencia y La Maná, donde hay muchas bananeras también. Queremos que los productores se interesen en apotar los ensayos”.

Datos personales

Investigaciones

El quevedeño Ángel Bernardo Llerena Hidalgo es casado con Patricia Zambrano, lleva dedicado 20 años a la investigación. Sus primeros trabajos estuvieron vinculados a la soya. Tiene 21 investigaciones dirigidas, relacionadas a agricultura sostenible.

El equipo de apoyo de Llerena está conformado por Cristóbal Aguirre, Rafael Castaño, Xavier Dávalos, Ángel Llerena (hijo), Mario Santillán y Andrés Martínez.