Brasil en ascuas

La sombra de Lula, finalmente impedido de presentarse a las presidenciales de hoy, ha planeado a lo largo del proceso electoral de Brasil y se proyectará sobre el mandato del próximo presidente, especialmente si la izquierda vuelve al poder.

Lula dejó el palacio presidencial de Planalto hace ocho años y está preso desde abril, pero su destino político-judicial acaparó la atención del país durante meses y determinó la estrategia de los principales partidos.

Después de ser condenado en enero por un tribunal de apelaciones a 12 años y un mes de prisión por corrupción y lavado de dinero, el exobrero metalúrgico, de 72 años, luchó por postularse a un tercer mandato, antes de pasar el relevo, el 11 de septiembre, a último momento, a su delfín, el casi desconocido exalcalde de Sao Paulo Fernando Haddad. Sin duda, un buen truco del Partido de los Trabajadores, denunciado por sus detractores.

Así, Brasil está inmerso en un ambiente político polarizado. Muchos califican la de hoy como la elección presidencial más incierta desde el regreso de la democracia en los años ochenta.

El hecho de que un racista nostálgico de la dictadura como Jair Bolsonaro lidere las encuestas, tiene con los pelos de punta a más de uno. Al mismo tiempo, a la izquierda se le culpa de la mayor responsabilidad en los esquemas de sobornos y robos en Petrobras, revelados por la operación Lava Jato.

La confusión reina entre una población hastiada por la corrupción, la desigualdad social y la violencia que cada año deja más de 60.000 muertos.


Un partido es la locura de muchos en beneficio de unos pocos”. Alexander Pope. Poeta inglés (1688-1744)Los políticos honrados se quitan de en medio cuando cae sobre ellos la s
ospecha”. Antonio Gala. Dramaturgo, poeta y novelista español (1930)