Wilson y su pasión por hacer monigotes

OFICIO. Wilson tiene su taller en su propia vivienda y trabaja durante el día y a veces en la noche.
OFICIO. Wilson tiene su taller en su propia vivienda y trabaja durante el día y a veces en la noche.

BABAHOYO

A sus 59 años, Wilson Franco ha buscado la forma de subsistir a través de la fabricación de monigotes. Nunca pensó dedicarse a esta labor, pero a medida de que observaba la forma en que se fabricaban, decidió incursionar y ya son alrededor de 10 años los que lleva en ello.

Si bien la venta de estos muñecos se realiza únicamente durante el mes de diciembre de cada año, este habilidoso artesano se prepara desde el mes de agosto para empezar con la elaboración de los ejemplares.

Y es que debido a que cada ‘año viejo’ debe quedar con un acabado bastante llamativo para atraer el gusto de las personas, desde mediados de año este ciudadano junta todos los materiales: goma, almidón, periódico, cartón pintura, cemento contacto, pinceles y brocha, para diseñar los muñecos.

Atento a las tendencias

Como este es un oficio que se maneja por los personajes del momento que están dentro de la pantalla chica, Franco debe estar atento a los protagonistas que durante cada año saltan a la fama; ya sea en películas infantiles, series cómicas nacionales y extranjeras, futbolistas y hasta los que salen del anonimato en las redes sociales.

“Estoy pensando en hacer al ‘harta demencia’, que estuvo bien sonado hace pocos meses” comenta Franco, mientras recubre al personaje de principal de la película ‘Coco’ con una capa de pegamento para darle la consistencia y estabilidad que cada muñeco de su creación debe llevar.

Asimismo, está atento a qué equipo del futbol ecuatoriano resulta campeón para fabricar ejemplares de esa denominación. Sin embargo, El Chavo del 8, Spiderman, Batman, Gokú, entre otros muñecos que nunca pierden vigencia, siempre son los primeros en hacerse.

Venta y costos

Su taller está ubicado en su misma casa, ubicado en la parroquia urbana Barreiro. Lo primero que hace para fabricar un ‘viejo’ es recubrir los moldes con pegamento y papel periódico. Luego que se seca, coloca una capa del material con las que están hechas las fundas de cemento, pasa otro recubrimiento con un material especial hecho con agua y harina, para luego darle el acabado final con la pintura.

Ese trabajo debe de ser bastante cuidadoso, pues además debe de dibujar los ojos, boca, cejas, pestañas, dientes y demás detalles de cada ejemplar.

Para este año Franco ha diseñado un aproximado de 300 monigotes que en el próximo mes se exhibirán en diferentes puntos de la ciudad para la venta. Cuenta que cada monigote tiene su costo de acuerdo al tamaño. El más pequeño cuenta 10 dólares y el de mayor precio alcanza los 50 dólares.

Al igual que él, en la capital fluminense muchas familias se dedican a la fabricación de estos muñecos como parte de una tradición que también deja importantes réditos económicos cada fin de año, puesto que la mayoría de los ciudadanos tiene como costumbre quemar los ‘años viejos’ para despedir lo malo el año. (NDA)

CIFRAS

10 DÓLARES cuesta el monigote más barato.