Padre de familia muere el día de su cumpleaños

RESCATE. El cuerpo fue hallado a la altura del sector Río Gallina, en el cantón Buena Fe.
RESCATE. El cuerpo fue hallado a la altura del sector Río Gallina, en el cantón Buena Fe.

La víctima había llegado desde Santo Domingo hasta el recinto Los Ángeles, cuando sufrió el percance.

Redacción BUENA FE

Celebrar sus 35 años de vida era motivo de alegría y hecho suficiente para darse unos días de descanso y celebrarlo en familia. Sin embargo, la muerte sorprendió a Pablo Navarrete Bazurto.

Un tropezón con una atarraya de pescar le provocó una caída a las turbulentas aguas de la represa Daule-Peripa, cuando se encontraba pescando con otros familiares. El hecho ocurrió a la altura del sector La Gomera en el recinto Los Ángeles, jurisdicción del cantón Buena Fe.

La desgracia se registró el pasado viernes a eso de las 14:00 y su cuerpo fue buscado desde entonces por sus familiares, amigos y elementos de la Policía Nacional.

No obstante, recién la mañana de ayer fue localizado por buzos del Grupo de Fuerzas Especiales #26 Cenepa en medio de una palizada, cerca del sector Río Gallina, cercano al recinto Federico Intriago.

Dolor

La consternación para sus familiares era evidente. Algunos hasta guardaban la esperanza de encontrarlo con vida en medio de alguna zona montañosa.

Maritza Moreira explicó que su tío había llegado la mañana del viernes desde el cantón Santo Domingo para visitar a unos parientes en el recinto Los Ángeles. Estando allí, había decidido ir con otros familiares a pescar.

“Sabemos que todo iba bien pero de un momento a otro quedó en medio de la atarraya y cuando la lanzaron al río el cayó con todo y los remolinos lo atraparon dejándolo en medio de las turbulentas aguas. Un tío y un primo lo vieron caer”, relató Moreira.

Ayer, tras sacar el cuerpo del río fue llevado de inmediato hasta la morgue de Quevedo, en un evidente estado de descomposición. En el sitio informaron que iban a trasladar el cuerpo, luego de la autopsia, hasta la cooperativa Proletariado, en Santo Domingo para ser velado y posteriormente sepultado.

El hombre deja tres hijos en la orfandad y asistía a una iglesia evangélica, por lo que había decidido celebrar su cumpleaños de una manera tranquila. (MZA)