El miedo a los bárbaros

Pablo Escandón Montenegro

Asistimos a la mayoría de edad de algunos formatos mediáticos y de varias plataformas digitales, pero aún hay espacios académicos en donde estos fenómenos y la cultura son solo casos que no merecen ser estudiados, que no tienen razón de estar en los programas de estudios de carreras de pregrado, menos aún de posgrado.

Cuando eso dicen, miran sus iphones para revisar sus medios sociales y participar en sus diferentes redes académicas en donde se juntan deslocalizadamente para estudiar lo que realmente es importante. Tienen razón cuando dicen que las herramientas son solo eso, pero las prácticas con esas herramientas son las que importan, cómo los usos cambian los contenidos, la sociabilidad y hasta los compromisos, por eso ratifican lo que acuñó Castells sobre Interntet, que es una cultura.

Una cultura que debe ser estudiada cada día más y a profundidad. Las falsas noticias y sus efectos son de interés para los expertos en opinión pública, para saber cómo se producen y cómo inciden en las audiencias. Investigar sobre públicos y comunidades en estos espacios digitales, incluso, ha modificado la forma de plantear metodologías de investigación.

Pero para muchos académicos hiperconectados, el big data, el hipertexto, las estrategias transmediales y la configuración o transformación de metodologías de análisis en espacios digitales es algo que pasará, como un virus que será controlado y mejor aún aniquilado. En el pregrado, aún sin internet, nos quejábamos de que las teorías llegaban tarde, ahora con la conexión al día y los avances a un solo clic, no hay el pretexto de que llegamos tarde.

No se quiere llegar porque no se comprende y se tiene temor. Vivimos en una burbuja de la que no queremos salir. Hay nuevos medios que cumplen 20 años y no sabemos cómo son, son los otros, los monstruos, los vampiros, los bárbaros, que nos hacen perder el espíritu, la esencia, el pasado.

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