La museógrafa que le gusta escuchar a la gente

Memoria. El Museo de la Ciudad en la década de los 90 fue uno de primeros desafíos profesionales de Armijos.
Memoria. El Museo de la Ciudad en la década de los 90 fue uno de primeros desafíos profesionales de Armijos.
ESTUDIO. Las monjas carmelitas le permitieron conocer las entrañas del claustro de su monasterio para una investigación sobre la historia del arte de Quito.
ESTUDIO. Las monjas carmelitas le permitieron conocer las entrañas del claustro de su monasterio para una investigación sobre la historia del arte de Quito.
EVENTO. Armijos declara su objetivo profesional por descubrir las relaciones con la historia, la memoria y el arte de los quiteños. Así, ayudó a organizar el Encuentro al-zurich.
EVENTO. Armijos declara su objetivo profesional por descubrir las relaciones con la historia, la memoria y el arte de los quiteños. Así, ayudó a organizar el Encuentro al-zurich.
ESPACIO. Ana  Armijos junto a la obra maestra de su carrera, el diseño del Parque Urbano Cumandá.
ESPACIO. Ana Armijos junto a la obra maestra de su carrera, el diseño del Parque Urbano Cumandá.

Una curiosidad infantil impulsó a la quiteña Ana María Armijos a hurgar en la historia y el arte de Quito.

Un viaje a Loja con sus padres marcó en la década de los 70’ del siglo anterior un antes y un después en la vida de la niña Ana María Armijos: despertó su curiosidad infantil de por qué su natal Quito tiene cosas que otras ciudades no.

Y a responder esta pregunta ha dedicado gran parte de sus 42 años, hurgando entre archivos históricos, analizando las entrañas de conventos y monasterios, descifrando la arquitectura monumental del Centro Histórico y, sobre todo, ayudando a conservar y exponer colecciones de objetos artísticos.

Con una licenciatura en Historia del Arte y dos posgrados en Museología y Estudios de la Cultura, esa misma curiosidad infantil se tradujo en un objetivo profesional de investigar “las memorias y saberes de los quiteños”.

Por lo menos así recuerda Armijos los inicios de su trabajo y cómo llegó a involucrarse en proyectos culturales claves para la ciudad.

Trabajo notable
Fue parte de la recuperación de la infraestructura del Hospital San Juan de Dios, que estuvo casi dos décadas en pleno abandono, parar convertirla en lo que hoy es el Museo de la Ciudad; de la reapertura del museo de uno de los más importantes pintores ecuatorianos, Camilo Egas; y de la concepción y apertura del Parque Urbano Cumandá.

“Estuve en el equipo que abrió el Museo de la Ciudad. Había una parte de arquitectos que hicieron la restauración y yo en el batallón de los museógrafos, en el equipo que ponía los cuadros”.

Una vez abierto este Museo como uno de los espacios culturales más grandes e importantes del Centro Histórico en la década de los 90’, Armijos se dejó sorprender por lo que le contaba la gente, en especial los adultos mayores, que venían de visita. Aquello porque conoció de primera mano lo que no está en los libros: “Fue un hospital ícono en la historia de la medicina, pero también de la vida, porque ahí nació o fue curada mucha gente. Nos contaban relatos de sus abuelitos, tíos y otros familiares, es decir una cultura diversa de la ciudad”.

Esta experiencia de escuchar a las personas también marcó los siguientes pasos de la vida profesional de Armijos: apenas tuvo la oportunidad, tras dos años en los museos del Banco Central, de Ciencias y del Agua, inició desde la Dirección del Instituto Metropolitano de Patrimonio la campaña ‘Cuéntame tu Quito’.

La consolidación de un parque
“Preguntábamos a la gente, ¿cuál es tu patrimonio? Y descubrimos que a los jóvenes no les gusta tanto el Centro, pero sí las montañas, los parques, lo verde y los espacios públicos. Y que a los viejitos aún les agrada el Casco Colonial y que se sienten orgullosos con la gastronomía”.

Esos testimonios de las necesidades y de cómo las personas sienten al Centro Histórico, dice Armijos, fue la base de la obra maestra de su carrera profesional: el proyecto de Parque Urbano Cumandá, que representó derrocar la vetusta infraestructura del terminal, tras 23 años de funcionamiento.

“Una señora se me acerca y me dice, ustedes pusieron piedras, está todo bonito, pero no hay dónde jueguen los guaguas”. Estas palabras fueron suficiente, rememora la profesional, para “mezclar” lo cultural y lo deportivo en lo que hoy es este parque. “Entonces nos fuimos con la idea ‘anti mall’, que las familias no vayan a los centros comerciales sino que vengan al Cumandá a encontrarse, a hacer ejercicio, a observar una exposición de arte, ver cine, disfrutar del paisaje o mirar una pintura y reflexionar lo que significa la ciudad”. (JCER)

FRASE

Todas las memorias son importantes, las del pasado y las que los millennials están generando. Son diferentes maneras de abordar historias personales y comunes”.

Ana María Armijos
Ficha

° Tiene 42 años
° Es experta en Patrimonio Cultural
° Actualmente se dedica a la curaduría de Arte
° Fue directora del Instituto Metropolitano de Patrimonio entre el 2012 y 2014
° Dirigió los museos de la Ciudad, del AguaYaku, Interactivo de Ciencia –Mic y el Centro de Arte Contemporáneo de Quito
° Coordinó el programa Arteducarte