De vender mangos en un circo, a la gloria

LEALTAD. Junto a esposa ha atravesado difíciles momentos, pero también han compartido la gloria.
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El quevedeño Jorge Bladimir Pinos Haimán, de 30 años, es el guardameta titular de Independiente del Valle, que recientemente se coronó como campeón de la Copa Sudamericana 2019,tras derrotar por 3-1 a Colón de Santa Fe, en partido disputado en Asunción, Paraguay.

Antes y después de coronarse como campeón y de ser la gran figura del compromiso (incluso atajó un penal), Pinos exhibió con orgullo la bandera de Quevedo. “Tuve que mover cielo y tierra para que me pueda llegar la bandera de mi cantón. Tenía que llevarla y poner a mi ciudad en alto”, contó muy entusiasmado, a su arribo a la Municipalidad de Quevedo, donde se le iba a entregar ayer un reconocimiento a su gesta deportiva.

El ‘Manos de Acero’, como es conocido en el mundo del fútbol, aseguró que con ello cumplió uno de sus sueños, el de levantar una copa internacional. Sin embargo, contó que aún le quedan muchos más en lista, entre ellos ser titular de la Selección nacional y jugar en un gran club del exterior.

Gloria

Jorge indicó que el llegar a la final de la Copa Sudamericana en tan poco tiempo, después de haber pasado incluso sin jugar o estar en algún equipo profesional, le ha llenado de mucho orgullo.

Es inevitable para él recordar lo que le pasó en 2016, pues supuestos empresarios de futbolistas le habrían indicado que debía vincularse a algún equipo del fútbol brasileño para poder luego dar el salto a Europa, específicamente al fútbol de Hungría.

Pinos estuvo tres meses en la ciudad de Jacarezinho, pero al no concretar nada en el país ‘carioca’, tuvo que retornar al Ecuador. Era difícil de aceptarlo, pero había sido engañado y, contrario a sus aspiraciones, se quedó sin equipo por lo que tuvo que ideárselas para ganarse la vida.

Es así como un amigo, que era dueño de un circo, le propuso trabajar en su negocio. Durante los fines de semana, el quevedeño trabajaba como chofer en Manta, pero también aprovechaba los intermedios de las funciones circenses para vender fundas con mango. También atendía en un bar de una unidad educativa. “A ningún futbolista le deseo lo que me pasó a mí”, comenta.

En 2017, Pinos llegó a integrar el plantel de Santa Rita de Vinces, que estuvo cerca de lograr el ascenso a la A. Sus valiosas actuaciones inmediatamente captaron la atención de Técnico Universitario, que en 2018 lo fichó y debutó en Serie A.

En el ‘Rodillo Rojo’, el quevedeño tuvo grandes actuaciones y fue contratado a inicios de este año en Independiente del Valle, en el que se ganó la titularidad.

Emociones

Ya superados sus inconvenientes futbolísticos y hasta económicos, ahora nuevamente aterriza en la gloria y recuerda con alegría su experiencia en el estadio General Pablo Rojas de Asunción, donde se jugó la final.

Asegura que cuando ingresaron a la cancha, vieron al estadio completamente lleno, pero con la mayoría de hinchas del Colón de Santa Fe, mientras que al equipo ecuatoriano solo lo alentaba un pequeño grupo de compatriotas. “Yo le dije a mis compañeros ‘hoy vamos a silenciar al estadio’ y la poca gente que está aquí acompañándonos se van a ir muy contentos”, manifestó.

Una vez levantada la Copa Sudamericana, reconoce que el apoyo de su madre, que desde pequeño lo llevaba a las canchas a entrenar y después la entrega y dedicación de su esposa, fueron el pilar para alcanzar sus metas. Jorge se considera como una persona humilde y tranquila, a quien las circunstancias de la vida le han ayudado mucho para madurar.

“Mis dos mujeres (su madre y su esposa) han sido fundamentales para hoy cumplir con el objetivo que siempre me trazado; esta alegría es para ellas”, comentó Pinos.

Su esposa, Carmen Castro, es con quien lleva 10 años de relación y fruto de ello, procrearon a Isaías. Recuerda que se conocieron cuando Jorge llegó para jugar al Deportivo Quevedo. En entonces ella tenía 14 años y él, 20.

Carmen recordó que anteriormente en su casa había una cabina telefónica y Jorge llegaba ahí. De pronto empezó enviándole detalles. Sin embargo, ella no se interesaba, hasta que se dio la oportunidad de conversar, conocerse mejor y luego surgió la relación. “Como todo matrimonio duro, porque todos pasamos por situaciones difíciles, pero una mujer debe ser inteligente para edificar su hogar”, comenta la joven.

Proyectos

Pinos confesó que su sueño siempre fue alzar una copa internacional. En lo local, va a seguir preparando sin descanso, porque se viene el campeonato nacional y aspira ganar el torneo doméstico de este año.

“Me gustaría jugar la final contra el Barcelona y ganársela en el estadio Monumental, porque en el pasado estuve en el equipo y soy hincha de él”, detalló Pinos, quien se formó en el cuadro ‘torero’, en el que permaneció desde las divisiones inferiores hasta 2012, sin debutar en el equipo principal.

A los jóvenes recomienda que no abandonen sus sueños, luchen hasta conquistarlos y perseveren hasta alcanzarlos. Jorge Pinos comentó que en el futuro le gustaría crear una escuela de fútbol con su nombre en la ciudad. (PPC)

Su logro es reconocido

Ayer el Municipio de Quevedo, le extendió un reconocimiento a Jorge Pinos. La actividad se realizó en el despacho de la Alcaldía. El deportista asistió junto a su familia a recibir el mérito. El alcalde, John Salcedo, felicitó al arquero por llevar en alto el hombre de la ciudad.

El quevedeño Jorge Bladimir Pinos Haimán, de 30 años, es el guardameta titular de Independiente del Valle, que recientemente se coronó como campeón de la Copa Sudamericana 2019,tras derrotar por 3-1 a Colón de Santa Fe, en partido disputado en Asunción, Paraguay.

Antes y después de coronarse como campeón y de ser la gran figura del compromiso (incluso atajó un penal), Pinos exhibió con orgullo la bandera de Quevedo. “Tuve que mover cielo y tierra para que me pueda llegar la bandera de mi cantón. Tenía que llevarla y poner a mi ciudad en alto”, contó muy entusiasmado, a su arribo a la Municipalidad de Quevedo, donde se le iba a entregar ayer un reconocimiento a su gesta deportiva.

El ‘Manos de Acero’, como es conocido en el mundo del fútbol, aseguró que con ello cumplió uno de sus sueños, el de levantar una copa internacional. Sin embargo, contó que aún le quedan muchos más en lista, entre ellos ser titular de la Selección nacional y jugar en un gran club del exterior.

Gloria

Jorge indicó que el llegar a la final de la Copa Sudamericana en tan poco tiempo, después de haber pasado incluso sin jugar o estar en algún equipo profesional, le ha llenado de mucho orgullo.

Es inevitable para él recordar lo que le pasó en 2016, pues supuestos empresarios de futbolistas le habrían indicado que debía vincularse a algún equipo del fútbol brasileño para poder luego dar el salto a Europa, específicamente al fútbol de Hungría.

Pinos estuvo tres meses en la ciudad de Jacarezinho, pero al no concretar nada en el país ‘carioca’, tuvo que retornar al Ecuador. Era difícil de aceptarlo, pero había sido engañado y, contrario a sus aspiraciones, se quedó sin equipo por lo que tuvo que ideárselas para ganarse la vida.

Es así como un amigo, que era dueño de un circo, le propuso trabajar en su negocio. Durante los fines de semana, el quevedeño trabajaba como chofer en Manta, pero también aprovechaba los intermedios de las funciones circenses para vender fundas con mango. También atendía en un bar de una unidad educativa. “A ningún futbolista le deseo lo que me pasó a mí”, comenta.

En 2017, Pinos llegó a integrar el plantel de Santa Rita de Vinces, que estuvo cerca de lograr el ascenso a la A. Sus valiosas actuaciones inmediatamente captaron la atención de Técnico Universitario, que en 2018 lo fichó y debutó en Serie A.

En el ‘Rodillo Rojo’, el quevedeño tuvo grandes actuaciones y fue contratado a inicios de este año en Independiente del Valle, en el que se ganó la titularidad.

Emociones

Ya superados sus inconvenientes futbolísticos y hasta económicos, ahora nuevamente aterriza en la gloria y recuerda con alegría su experiencia en el estadio General Pablo Rojas de Asunción, donde se jugó la final.

Asegura que cuando ingresaron a la cancha, vieron al estadio completamente lleno, pero con la mayoría de hinchas del Colón de Santa Fe, mientras que al equipo ecuatoriano solo lo alentaba un pequeño grupo de compatriotas. “Yo le dije a mis compañeros ‘hoy vamos a silenciar al estadio’ y la poca gente que está aquí acompañándonos se van a ir muy contentos”, manifestó.

Una vez levantada la Copa Sudamericana, reconoce que el apoyo de su madre, que desde pequeño lo llevaba a las canchas a entrenar y después la entrega y dedicación de su esposa, fueron el pilar para alcanzar sus metas. Jorge se considera como una persona humilde y tranquila, a quien las circunstancias de la vida le han ayudado mucho para madurar.

“Mis dos mujeres (su madre y su esposa) han sido fundamentales para hoy cumplir con el objetivo que siempre me trazado; esta alegría es para ellas”, comentó Pinos.

Su esposa, Carmen Castro, es con quien lleva 10 años de relación y fruto de ello, procrearon a Isaías. Recuerda que se conocieron cuando Jorge llegó para jugar al Deportivo Quevedo. En entonces ella tenía 14 años y él, 20.

Carmen recordó que anteriormente en su casa había una cabina telefónica y Jorge llegaba ahí. De pronto empezó enviándole detalles. Sin embargo, ella no se interesaba, hasta que se dio la oportunidad de conversar, conocerse mejor y luego surgió la relación. “Como todo matrimonio duro, porque todos pasamos por situaciones difíciles, pero una mujer debe ser inteligente para edificar su hogar”, comenta la joven.

Proyectos

Pinos confesó que su sueño siempre fue alzar una copa internacional. En lo local, va a seguir preparando sin descanso, porque se viene el campeonato nacional y aspira ganar el torneo doméstico de este año.

“Me gustaría jugar la final contra el Barcelona y ganársela en el estadio Monumental, porque en el pasado estuve en el equipo y soy hincha de él”, detalló Pinos, quien se formó en el cuadro ‘torero’, en el que permaneció desde las divisiones inferiores hasta 2012, sin debutar en el equipo principal.

A los jóvenes recomienda que no abandonen sus sueños, luchen hasta conquistarlos y perseveren hasta alcanzarlos. Jorge Pinos comentó que en el futuro le gustaría crear una escuela de fútbol con su nombre en la ciudad. (PPC)

Su logro es reconocido

Ayer el Municipio de Quevedo, le extendió un reconocimiento a Jorge Pinos. La actividad se realizó en el despacho de la Alcaldía. El deportista asistió junto a su familia a recibir el mérito. El alcalde, John Salcedo, felicitó al arquero por llevar en alto el hombre de la ciudad.

El quevedeño Jorge Bladimir Pinos Haimán, de 30 años, es el guardameta titular de Independiente del Valle, que recientemente se coronó como campeón de la Copa Sudamericana 2019,tras derrotar por 3-1 a Colón de Santa Fe, en partido disputado en Asunción, Paraguay.

Antes y después de coronarse como campeón y de ser la gran figura del compromiso (incluso atajó un penal), Pinos exhibió con orgullo la bandera de Quevedo. “Tuve que mover cielo y tierra para que me pueda llegar la bandera de mi cantón. Tenía que llevarla y poner a mi ciudad en alto”, contó muy entusiasmado, a su arribo a la Municipalidad de Quevedo, donde se le iba a entregar ayer un reconocimiento a su gesta deportiva.

El ‘Manos de Acero’, como es conocido en el mundo del fútbol, aseguró que con ello cumplió uno de sus sueños, el de levantar una copa internacional. Sin embargo, contó que aún le quedan muchos más en lista, entre ellos ser titular de la Selección nacional y jugar en un gran club del exterior.

Gloria

Jorge indicó que el llegar a la final de la Copa Sudamericana en tan poco tiempo, después de haber pasado incluso sin jugar o estar en algún equipo profesional, le ha llenado de mucho orgullo.

Es inevitable para él recordar lo que le pasó en 2016, pues supuestos empresarios de futbolistas le habrían indicado que debía vincularse a algún equipo del fútbol brasileño para poder luego dar el salto a Europa, específicamente al fútbol de Hungría.

Pinos estuvo tres meses en la ciudad de Jacarezinho, pero al no concretar nada en el país ‘carioca’, tuvo que retornar al Ecuador. Era difícil de aceptarlo, pero había sido engañado y, contrario a sus aspiraciones, se quedó sin equipo por lo que tuvo que ideárselas para ganarse la vida.

Es así como un amigo, que era dueño de un circo, le propuso trabajar en su negocio. Durante los fines de semana, el quevedeño trabajaba como chofer en Manta, pero también aprovechaba los intermedios de las funciones circenses para vender fundas con mango. También atendía en un bar de una unidad educativa. “A ningún futbolista le deseo lo que me pasó a mí”, comenta.

En 2017, Pinos llegó a integrar el plantel de Santa Rita de Vinces, que estuvo cerca de lograr el ascenso a la A. Sus valiosas actuaciones inmediatamente captaron la atención de Técnico Universitario, que en 2018 lo fichó y debutó en Serie A.

En el ‘Rodillo Rojo’, el quevedeño tuvo grandes actuaciones y fue contratado a inicios de este año en Independiente del Valle, en el que se ganó la titularidad.

Emociones

Ya superados sus inconvenientes futbolísticos y hasta económicos, ahora nuevamente aterriza en la gloria y recuerda con alegría su experiencia en el estadio General Pablo Rojas de Asunción, donde se jugó la final.

Asegura que cuando ingresaron a la cancha, vieron al estadio completamente lleno, pero con la mayoría de hinchas del Colón de Santa Fe, mientras que al equipo ecuatoriano solo lo alentaba un pequeño grupo de compatriotas. “Yo le dije a mis compañeros ‘hoy vamos a silenciar al estadio’ y la poca gente que está aquí acompañándonos se van a ir muy contentos”, manifestó.

Una vez levantada la Copa Sudamericana, reconoce que el apoyo de su madre, que desde pequeño lo llevaba a las canchas a entrenar y después la entrega y dedicación de su esposa, fueron el pilar para alcanzar sus metas. Jorge se considera como una persona humilde y tranquila, a quien las circunstancias de la vida le han ayudado mucho para madurar.

“Mis dos mujeres (su madre y su esposa) han sido fundamentales para hoy cumplir con el objetivo que siempre me trazado; esta alegría es para ellas”, comentó Pinos.

Su esposa, Carmen Castro, es con quien lleva 10 años de relación y fruto de ello, procrearon a Isaías. Recuerda que se conocieron cuando Jorge llegó para jugar al Deportivo Quevedo. En entonces ella tenía 14 años y él, 20.

Carmen recordó que anteriormente en su casa había una cabina telefónica y Jorge llegaba ahí. De pronto empezó enviándole detalles. Sin embargo, ella no se interesaba, hasta que se dio la oportunidad de conversar, conocerse mejor y luego surgió la relación. “Como todo matrimonio duro, porque todos pasamos por situaciones difíciles, pero una mujer debe ser inteligente para edificar su hogar”, comenta la joven.

Proyectos

Pinos confesó que su sueño siempre fue alzar una copa internacional. En lo local, va a seguir preparando sin descanso, porque se viene el campeonato nacional y aspira ganar el torneo doméstico de este año.

“Me gustaría jugar la final contra el Barcelona y ganársela en el estadio Monumental, porque en el pasado estuve en el equipo y soy hincha de él”, detalló Pinos, quien se formó en el cuadro ‘torero’, en el que permaneció desde las divisiones inferiores hasta 2012, sin debutar en el equipo principal.

A los jóvenes recomienda que no abandonen sus sueños, luchen hasta conquistarlos y perseveren hasta alcanzarlos. Jorge Pinos comentó que en el futuro le gustaría crear una escuela de fútbol con su nombre en la ciudad. (PPC)

Su logro es reconocido

Ayer el Municipio de Quevedo, le extendió un reconocimiento a Jorge Pinos. La actividad se realizó en el despacho de la Alcaldía. El deportista asistió junto a su familia a recibir el mérito. El alcalde, John Salcedo, felicitó al arquero por llevar en alto el hombre de la ciudad.

El quevedeño Jorge Bladimir Pinos Haimán, de 30 años, es el guardameta titular de Independiente del Valle, que recientemente se coronó como campeón de la Copa Sudamericana 2019,tras derrotar por 3-1 a Colón de Santa Fe, en partido disputado en Asunción, Paraguay.

Antes y después de coronarse como campeón y de ser la gran figura del compromiso (incluso atajó un penal), Pinos exhibió con orgullo la bandera de Quevedo. “Tuve que mover cielo y tierra para que me pueda llegar la bandera de mi cantón. Tenía que llevarla y poner a mi ciudad en alto”, contó muy entusiasmado, a su arribo a la Municipalidad de Quevedo, donde se le iba a entregar ayer un reconocimiento a su gesta deportiva.

El ‘Manos de Acero’, como es conocido en el mundo del fútbol, aseguró que con ello cumplió uno de sus sueños, el de levantar una copa internacional. Sin embargo, contó que aún le quedan muchos más en lista, entre ellos ser titular de la Selección nacional y jugar en un gran club del exterior.

Gloria

Jorge indicó que el llegar a la final de la Copa Sudamericana en tan poco tiempo, después de haber pasado incluso sin jugar o estar en algún equipo profesional, le ha llenado de mucho orgullo.

Es inevitable para él recordar lo que le pasó en 2016, pues supuestos empresarios de futbolistas le habrían indicado que debía vincularse a algún equipo del fútbol brasileño para poder luego dar el salto a Europa, específicamente al fútbol de Hungría.

Pinos estuvo tres meses en la ciudad de Jacarezinho, pero al no concretar nada en el país ‘carioca’, tuvo que retornar al Ecuador. Era difícil de aceptarlo, pero había sido engañado y, contrario a sus aspiraciones, se quedó sin equipo por lo que tuvo que ideárselas para ganarse la vida.

Es así como un amigo, que era dueño de un circo, le propuso trabajar en su negocio. Durante los fines de semana, el quevedeño trabajaba como chofer en Manta, pero también aprovechaba los intermedios de las funciones circenses para vender fundas con mango. También atendía en un bar de una unidad educativa. “A ningún futbolista le deseo lo que me pasó a mí”, comenta.

En 2017, Pinos llegó a integrar el plantel de Santa Rita de Vinces, que estuvo cerca de lograr el ascenso a la A. Sus valiosas actuaciones inmediatamente captaron la atención de Técnico Universitario, que en 2018 lo fichó y debutó en Serie A.

En el ‘Rodillo Rojo’, el quevedeño tuvo grandes actuaciones y fue contratado a inicios de este año en Independiente del Valle, en el que se ganó la titularidad.

Emociones

Ya superados sus inconvenientes futbolísticos y hasta económicos, ahora nuevamente aterriza en la gloria y recuerda con alegría su experiencia en el estadio General Pablo Rojas de Asunción, donde se jugó la final.

Asegura que cuando ingresaron a la cancha, vieron al estadio completamente lleno, pero con la mayoría de hinchas del Colón de Santa Fe, mientras que al equipo ecuatoriano solo lo alentaba un pequeño grupo de compatriotas. “Yo le dije a mis compañeros ‘hoy vamos a silenciar al estadio’ y la poca gente que está aquí acompañándonos se van a ir muy contentos”, manifestó.

Una vez levantada la Copa Sudamericana, reconoce que el apoyo de su madre, que desde pequeño lo llevaba a las canchas a entrenar y después la entrega y dedicación de su esposa, fueron el pilar para alcanzar sus metas. Jorge se considera como una persona humilde y tranquila, a quien las circunstancias de la vida le han ayudado mucho para madurar.

“Mis dos mujeres (su madre y su esposa) han sido fundamentales para hoy cumplir con el objetivo que siempre me trazado; esta alegría es para ellas”, comentó Pinos.

Su esposa, Carmen Castro, es con quien lleva 10 años de relación y fruto de ello, procrearon a Isaías. Recuerda que se conocieron cuando Jorge llegó para jugar al Deportivo Quevedo. En entonces ella tenía 14 años y él, 20.

Carmen recordó que anteriormente en su casa había una cabina telefónica y Jorge llegaba ahí. De pronto empezó enviándole detalles. Sin embargo, ella no se interesaba, hasta que se dio la oportunidad de conversar, conocerse mejor y luego surgió la relación. “Como todo matrimonio duro, porque todos pasamos por situaciones difíciles, pero una mujer debe ser inteligente para edificar su hogar”, comenta la joven.

Proyectos

Pinos confesó que su sueño siempre fue alzar una copa internacional. En lo local, va a seguir preparando sin descanso, porque se viene el campeonato nacional y aspira ganar el torneo doméstico de este año.

“Me gustaría jugar la final contra el Barcelona y ganársela en el estadio Monumental, porque en el pasado estuve en el equipo y soy hincha de él”, detalló Pinos, quien se formó en el cuadro ‘torero’, en el que permaneció desde las divisiones inferiores hasta 2012, sin debutar en el equipo principal.

A los jóvenes recomienda que no abandonen sus sueños, luchen hasta conquistarlos y perseveren hasta alcanzarlos. Jorge Pinos comentó que en el futuro le gustaría crear una escuela de fútbol con su nombre en la ciudad. (PPC)

Su logro es reconocido

Ayer el Municipio de Quevedo, le extendió un reconocimiento a Jorge Pinos. La actividad se realizó en el despacho de la Alcaldía. El deportista asistió junto a su familia a recibir el mérito. El alcalde, John Salcedo, felicitó al arquero por llevar en alto el hombre de la ciudad.