Lo matan a una cuadra de pagarle a sus trabajadores

DETALLES. El cuerpo del hombre permaneció más de dos horas en el interior del carro, hasta que se hizo el levantamiento del cadáver.
DETALLES. El cuerpo del hombre permaneció más de dos horas en el interior del carro, hasta que se hizo el levantamiento del cadáver.
DETALLES. El cuerpo del hombre permaneció más de dos horas en el interior del carro, hasta que se hizo el levantamiento del cadáver.
DETALLES. El cuerpo del hombre permaneció más de dos horas en el interior del carro, hasta que se hizo el levantamiento del cadáver.
DETALLES. El cuerpo del hombre permaneció más de dos horas en el interior del carro, hasta que se hizo el levantamiento del cadáver.
DETALLES. El cuerpo del hombre permaneció más de dos horas en el interior del carro, hasta que se hizo el levantamiento del cadáver.
DETALLES. El cuerpo del hombre permaneció más de dos horas en el interior del carro, hasta que se hizo el levantamiento del cadáver.
DETALLES. El cuerpo del hombre permaneció más de dos horas en el interior del carro, hasta que se hizo el levantamiento del cadáver.
DETALLES. El cuerpo del hombre permaneció más de dos horas en el interior del carro, hasta que se hizo el levantamiento del cadáver.
DETALLES. El cuerpo del hombre permaneció más de dos horas en el interior del carro, hasta que se hizo el levantamiento del cadáver.
DETALLES. El cuerpo del hombre permaneció más de dos horas en el interior del carro, hasta que se hizo el levantamiento del cadáver.
DETALLES. El cuerpo del hombre permaneció más de dos horas en el interior del carro, hasta que se hizo el levantamiento del cadáver.
DETALLES. El cuerpo del hombre permaneció más de dos horas en el interior del carro, hasta que se hizo el levantamiento del cadáver.
DETALLES. El cuerpo del hombre permaneció más de dos horas en el interior del carro, hasta que se hizo el levantamiento del cadáver.
DETALLES. El cuerpo del hombre permaneció más de dos horas en el interior del carro, hasta que se hizo el levantamiento del cadáver.
DETALLES. El cuerpo del hombre permaneció más de dos horas en el interior del carro, hasta que se hizo el levantamiento del cadáver.

Redacción QUEVEDO

La múltiples detonaciones de un arma de fuego hicieron que varios mecánicos que se encontraban ejerciendo sus labores en los alrededores de la calle Juan Montalvo entre Avenida del Ejército y Bolivia, salieran corriendo para ver lo que había ocurrido más adelante.

Allí, según contó ‘Pablo’ (nombre protegido), que vio a un vehículo tipo camioneta, doble cabina, color concho de vino, atravesada en media calle. Al acercarse se percataron que no tenía la llanta delantera del lado izquierdo. Pensaron que era un accidente.

Ya más de cerca, se percató que un tramo de la pared del colegio Nicolás Infantes Díaz había sido tumbada. Ahí confirmaba sus sospechas, pero aseguró que no entendía porque se escucharon las detonaciones.

Tras llamar al 911, varias unidades policiales arribaron y verificaron que no se trataba de un accidente, sino de un asesinato. “En el parabrisas había un orificio, producto del paso de una bala. Yo no me lo creía, ese señor había sido asesinado”, lamentó ‘Pablo’.

Movimiento

El hecho generó un intenso movimiento de elementos policiales, unidades de rescate y curiosos. La calle parecía una marea humana. Todos querían saber lo que había ocurrido en realidad.

El procedimiento policial para retirar el cadáver de la zona les tomó aproximadamente dos horas. Mientras tanto, los ciudadanos se deleitaban haciendo fotografías, especulando sobre lo ocurrido y lamentó que se dé este nuevo hecho de sangre.

Entre los presentes, varias personas arribaban al sitio. Rompían el cordón de seguridad y se pasaban entre los agentes para ver el cuerpo. Unos gritaban, otros lloraban y otros simplemente se agarraban sus rostros. Eran familiares.

Hasta el sitio también llegó Carlos Rivas, quien dijo ser amigo del occiso. Buscaba en todo momento acercarse para verlo de cerca, pero no le fue posible.

Consternado, dijo que a eso de las 14:30 había visto a su vecino Misael Mora salir desde su finca ubicada en el recinto Gallo Giro con destino al cantón Quevedo y que incluso en el camino se habían saludado. “Es imposible que esto esté ocurriendo. Él era un buen hombre”, lamentó mientras observaba el levantamiento del cadáver.

Desgracia

Hasta el sitio también arribó una mujer, quien se abrazaba a su bolso como señal de preocupación. Decía que era su mejor cliente de compra de palma. Confirmó que se trataba de Misael Mora, un conocido empresario que todos los viernes bajaba hasta San Carlos para cobrar el dinero de la venta de palma en una extractora.

“Luego tenía por costumbre venir hasta Quevedo para pagarle el jornal a sus trabajadores. Veo que lo han matado a unas pocas cuadras de su lugar de destino”, contó la mujer.

Sobre el caso, la Policía prefirió no emitir detalles. Decían que estaban en procedimiento y buscaban recopilar información. Lo único que se conoció es que en la zona existe una cámara de video de seguridad del ECU-911, de la cual pretendían sacar las evidencias.

Cerca de las 18:30, el cadáver fue extraído de la cabina y colocado en una bandeja de acero de medicina legal. Allí fue cubierto por una sábana, que había sido llevada por sus familiares.

Tras colocarlo en el piso, los agentes de Criminalística tomaron las evidencias y confirmaban que había recibido un impacto de bala en la yugular. Mientras que, el dinero que llevaba fue encontrado en su poder, sumándose más de 20 mil dólares. (MZA)

Redacción QUEVEDO

La múltiples detonaciones de un arma de fuego hicieron que varios mecánicos que se encontraban ejerciendo sus labores en los alrededores de la calle Juan Montalvo entre Avenida del Ejército y Bolivia, salieran corriendo para ver lo que había ocurrido más adelante.

Allí, según contó ‘Pablo’ (nombre protegido), que vio a un vehículo tipo camioneta, doble cabina, color concho de vino, atravesada en media calle. Al acercarse se percataron que no tenía la llanta delantera del lado izquierdo. Pensaron que era un accidente.

Ya más de cerca, se percató que un tramo de la pared del colegio Nicolás Infantes Díaz había sido tumbada. Ahí confirmaba sus sospechas, pero aseguró que no entendía porque se escucharon las detonaciones.

Tras llamar al 911, varias unidades policiales arribaron y verificaron que no se trataba de un accidente, sino de un asesinato. “En el parabrisas había un orificio, producto del paso de una bala. Yo no me lo creía, ese señor había sido asesinado”, lamentó ‘Pablo’.

Movimiento

El hecho generó un intenso movimiento de elementos policiales, unidades de rescate y curiosos. La calle parecía una marea humana. Todos querían saber lo que había ocurrido en realidad.

El procedimiento policial para retirar el cadáver de la zona les tomó aproximadamente dos horas. Mientras tanto, los ciudadanos se deleitaban haciendo fotografías, especulando sobre lo ocurrido y lamentó que se dé este nuevo hecho de sangre.

Entre los presentes, varias personas arribaban al sitio. Rompían el cordón de seguridad y se pasaban entre los agentes para ver el cuerpo. Unos gritaban, otros lloraban y otros simplemente se agarraban sus rostros. Eran familiares.

Hasta el sitio también llegó Carlos Rivas, quien dijo ser amigo del occiso. Buscaba en todo momento acercarse para verlo de cerca, pero no le fue posible.

Consternado, dijo que a eso de las 14:30 había visto a su vecino Misael Mora salir desde su finca ubicada en el recinto Gallo Giro con destino al cantón Quevedo y que incluso en el camino se habían saludado. “Es imposible que esto esté ocurriendo. Él era un buen hombre”, lamentó mientras observaba el levantamiento del cadáver.

Desgracia

Hasta el sitio también arribó una mujer, quien se abrazaba a su bolso como señal de preocupación. Decía que era su mejor cliente de compra de palma. Confirmó que se trataba de Misael Mora, un conocido empresario que todos los viernes bajaba hasta San Carlos para cobrar el dinero de la venta de palma en una extractora.

“Luego tenía por costumbre venir hasta Quevedo para pagarle el jornal a sus trabajadores. Veo que lo han matado a unas pocas cuadras de su lugar de destino”, contó la mujer.

Sobre el caso, la Policía prefirió no emitir detalles. Decían que estaban en procedimiento y buscaban recopilar información. Lo único que se conoció es que en la zona existe una cámara de video de seguridad del ECU-911, de la cual pretendían sacar las evidencias.

Cerca de las 18:30, el cadáver fue extraído de la cabina y colocado en una bandeja de acero de medicina legal. Allí fue cubierto por una sábana, que había sido llevada por sus familiares.

Tras colocarlo en el piso, los agentes de Criminalística tomaron las evidencias y confirmaban que había recibido un impacto de bala en la yugular. Mientras que, el dinero que llevaba fue encontrado en su poder, sumándose más de 20 mil dólares. (MZA)

Redacción QUEVEDO

La múltiples detonaciones de un arma de fuego hicieron que varios mecánicos que se encontraban ejerciendo sus labores en los alrededores de la calle Juan Montalvo entre Avenida del Ejército y Bolivia, salieran corriendo para ver lo que había ocurrido más adelante.

Allí, según contó ‘Pablo’ (nombre protegido), que vio a un vehículo tipo camioneta, doble cabina, color concho de vino, atravesada en media calle. Al acercarse se percataron que no tenía la llanta delantera del lado izquierdo. Pensaron que era un accidente.

Ya más de cerca, se percató que un tramo de la pared del colegio Nicolás Infantes Díaz había sido tumbada. Ahí confirmaba sus sospechas, pero aseguró que no entendía porque se escucharon las detonaciones.

Tras llamar al 911, varias unidades policiales arribaron y verificaron que no se trataba de un accidente, sino de un asesinato. “En el parabrisas había un orificio, producto del paso de una bala. Yo no me lo creía, ese señor había sido asesinado”, lamentó ‘Pablo’.

Movimiento

El hecho generó un intenso movimiento de elementos policiales, unidades de rescate y curiosos. La calle parecía una marea humana. Todos querían saber lo que había ocurrido en realidad.

El procedimiento policial para retirar el cadáver de la zona les tomó aproximadamente dos horas. Mientras tanto, los ciudadanos se deleitaban haciendo fotografías, especulando sobre lo ocurrido y lamentó que se dé este nuevo hecho de sangre.

Entre los presentes, varias personas arribaban al sitio. Rompían el cordón de seguridad y se pasaban entre los agentes para ver el cuerpo. Unos gritaban, otros lloraban y otros simplemente se agarraban sus rostros. Eran familiares.

Hasta el sitio también llegó Carlos Rivas, quien dijo ser amigo del occiso. Buscaba en todo momento acercarse para verlo de cerca, pero no le fue posible.

Consternado, dijo que a eso de las 14:30 había visto a su vecino Misael Mora salir desde su finca ubicada en el recinto Gallo Giro con destino al cantón Quevedo y que incluso en el camino se habían saludado. “Es imposible que esto esté ocurriendo. Él era un buen hombre”, lamentó mientras observaba el levantamiento del cadáver.

Desgracia

Hasta el sitio también arribó una mujer, quien se abrazaba a su bolso como señal de preocupación. Decía que era su mejor cliente de compra de palma. Confirmó que se trataba de Misael Mora, un conocido empresario que todos los viernes bajaba hasta San Carlos para cobrar el dinero de la venta de palma en una extractora.

“Luego tenía por costumbre venir hasta Quevedo para pagarle el jornal a sus trabajadores. Veo que lo han matado a unas pocas cuadras de su lugar de destino”, contó la mujer.

Sobre el caso, la Policía prefirió no emitir detalles. Decían que estaban en procedimiento y buscaban recopilar información. Lo único que se conoció es que en la zona existe una cámara de video de seguridad del ECU-911, de la cual pretendían sacar las evidencias.

Cerca de las 18:30, el cadáver fue extraído de la cabina y colocado en una bandeja de acero de medicina legal. Allí fue cubierto por una sábana, que había sido llevada por sus familiares.

Tras colocarlo en el piso, los agentes de Criminalística tomaron las evidencias y confirmaban que había recibido un impacto de bala en la yugular. Mientras que, el dinero que llevaba fue encontrado en su poder, sumándose más de 20 mil dólares. (MZA)

Redacción QUEVEDO

La múltiples detonaciones de un arma de fuego hicieron que varios mecánicos que se encontraban ejerciendo sus labores en los alrededores de la calle Juan Montalvo entre Avenida del Ejército y Bolivia, salieran corriendo para ver lo que había ocurrido más adelante.

Allí, según contó ‘Pablo’ (nombre protegido), que vio a un vehículo tipo camioneta, doble cabina, color concho de vino, atravesada en media calle. Al acercarse se percataron que no tenía la llanta delantera del lado izquierdo. Pensaron que era un accidente.

Ya más de cerca, se percató que un tramo de la pared del colegio Nicolás Infantes Díaz había sido tumbada. Ahí confirmaba sus sospechas, pero aseguró que no entendía porque se escucharon las detonaciones.

Tras llamar al 911, varias unidades policiales arribaron y verificaron que no se trataba de un accidente, sino de un asesinato. “En el parabrisas había un orificio, producto del paso de una bala. Yo no me lo creía, ese señor había sido asesinado”, lamentó ‘Pablo’.

Movimiento

El hecho generó un intenso movimiento de elementos policiales, unidades de rescate y curiosos. La calle parecía una marea humana. Todos querían saber lo que había ocurrido en realidad.

El procedimiento policial para retirar el cadáver de la zona les tomó aproximadamente dos horas. Mientras tanto, los ciudadanos se deleitaban haciendo fotografías, especulando sobre lo ocurrido y lamentó que se dé este nuevo hecho de sangre.

Entre los presentes, varias personas arribaban al sitio. Rompían el cordón de seguridad y se pasaban entre los agentes para ver el cuerpo. Unos gritaban, otros lloraban y otros simplemente se agarraban sus rostros. Eran familiares.

Hasta el sitio también llegó Carlos Rivas, quien dijo ser amigo del occiso. Buscaba en todo momento acercarse para verlo de cerca, pero no le fue posible.

Consternado, dijo que a eso de las 14:30 había visto a su vecino Misael Mora salir desde su finca ubicada en el recinto Gallo Giro con destino al cantón Quevedo y que incluso en el camino se habían saludado. “Es imposible que esto esté ocurriendo. Él era un buen hombre”, lamentó mientras observaba el levantamiento del cadáver.

Desgracia

Hasta el sitio también arribó una mujer, quien se abrazaba a su bolso como señal de preocupación. Decía que era su mejor cliente de compra de palma. Confirmó que se trataba de Misael Mora, un conocido empresario que todos los viernes bajaba hasta San Carlos para cobrar el dinero de la venta de palma en una extractora.

“Luego tenía por costumbre venir hasta Quevedo para pagarle el jornal a sus trabajadores. Veo que lo han matado a unas pocas cuadras de su lugar de destino”, contó la mujer.

Sobre el caso, la Policía prefirió no emitir detalles. Decían que estaban en procedimiento y buscaban recopilar información. Lo único que se conoció es que en la zona existe una cámara de video de seguridad del ECU-911, de la cual pretendían sacar las evidencias.

Cerca de las 18:30, el cadáver fue extraído de la cabina y colocado en una bandeja de acero de medicina legal. Allí fue cubierto por una sábana, que había sido llevada por sus familiares.

Tras colocarlo en el piso, los agentes de Criminalística tomaron las evidencias y confirmaban que había recibido un impacto de bala en la yugular. Mientras que, el dinero que llevaba fue encontrado en su poder, sumándose más de 20 mil dólares. (MZA)