Zaruma y Portovelo

Eduardo F. Naranjo C.

El oro y otros metales son imán de la codicia; así, desde antes de la Colonia las tierras del sur brindaron riquezas y dejaron sobre el lomo de la montaña una ciudad centenaria y mágica, la bella Zaruma, nombre construido con vocablos antiguos que denominaban ese punto de las estribaciones andinas.

Ciudad patrimonial de calles entrelazadas en subidas y bajadas, casas de madera con espíritu rococó y acento británico, herencia de los que se asentaron para dedicarse a la explotación de las minas, que junto a Portovelo hoy son lugares de atractivo turístico. Cantones de El Oro, que soportan necesidades urgentes para proteger edificaciones, ecología y paisaje, y controlar adecuadamente la minería ilegal e industrial. Por eso se ha redactado un texto de ley que permita dotar los recursos necesarios para organizar la recuperación de beneficios que generan sus ricas tierras y su encantador entorno.

El proyecto está siendo perfeccionado; sin embargo, no entra a proceso aún. Apremia comprender que es un elemento crucial para ayudar a resolver problemas urgentes. Es cierto que hay una tormenta de leyes que se lanzan sobre los legisladores, pero al menos esta que no tiene enemigos, sino el potencial agradecimiento de un pueblo, debería priorizarse. Facilitaría el desarrollo ordenado de la economía regional y los beneficios se revertirían a esas áreas, favoreciendo y protegiendo el ecosistema, sus habitantes y el país.

Debe crearse un camino para que este tipo de leyes que no están envueltas en el halo de intereses cruzados, se puedan ejecutar de forma rápida, sin intermediación de favor alguno. Sería lo adecuado construirlo para beneficio de esta sociedad hastiada, sería de verdad hacer algo por este país desorientado, dividido y angustiado.

[email protected]

Eduardo F. Naranjo C.

El oro y otros metales son imán de la codicia; así, desde antes de la Colonia las tierras del sur brindaron riquezas y dejaron sobre el lomo de la montaña una ciudad centenaria y mágica, la bella Zaruma, nombre construido con vocablos antiguos que denominaban ese punto de las estribaciones andinas.

Ciudad patrimonial de calles entrelazadas en subidas y bajadas, casas de madera con espíritu rococó y acento británico, herencia de los que se asentaron para dedicarse a la explotación de las minas, que junto a Portovelo hoy son lugares de atractivo turístico. Cantones de El Oro, que soportan necesidades urgentes para proteger edificaciones, ecología y paisaje, y controlar adecuadamente la minería ilegal e industrial. Por eso se ha redactado un texto de ley que permita dotar los recursos necesarios para organizar la recuperación de beneficios que generan sus ricas tierras y su encantador entorno.

El proyecto está siendo perfeccionado; sin embargo, no entra a proceso aún. Apremia comprender que es un elemento crucial para ayudar a resolver problemas urgentes. Es cierto que hay una tormenta de leyes que se lanzan sobre los legisladores, pero al menos esta que no tiene enemigos, sino el potencial agradecimiento de un pueblo, debería priorizarse. Facilitaría el desarrollo ordenado de la economía regional y los beneficios se revertirían a esas áreas, favoreciendo y protegiendo el ecosistema, sus habitantes y el país.

Debe crearse un camino para que este tipo de leyes que no están envueltas en el halo de intereses cruzados, se puedan ejecutar de forma rápida, sin intermediación de favor alguno. Sería lo adecuado construirlo para beneficio de esta sociedad hastiada, sería de verdad hacer algo por este país desorientado, dividido y angustiado.

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El oro y otros metales son imán de la codicia; así, desde antes de la Colonia las tierras del sur brindaron riquezas y dejaron sobre el lomo de la montaña una ciudad centenaria y mágica, la bella Zaruma, nombre construido con vocablos antiguos que denominaban ese punto de las estribaciones andinas.

Ciudad patrimonial de calles entrelazadas en subidas y bajadas, casas de madera con espíritu rococó y acento británico, herencia de los que se asentaron para dedicarse a la explotación de las minas, que junto a Portovelo hoy son lugares de atractivo turístico. Cantones de El Oro, que soportan necesidades urgentes para proteger edificaciones, ecología y paisaje, y controlar adecuadamente la minería ilegal e industrial. Por eso se ha redactado un texto de ley que permita dotar los recursos necesarios para organizar la recuperación de beneficios que generan sus ricas tierras y su encantador entorno.

El proyecto está siendo perfeccionado; sin embargo, no entra a proceso aún. Apremia comprender que es un elemento crucial para ayudar a resolver problemas urgentes. Es cierto que hay una tormenta de leyes que se lanzan sobre los legisladores, pero al menos esta que no tiene enemigos, sino el potencial agradecimiento de un pueblo, debería priorizarse. Facilitaría el desarrollo ordenado de la economía regional y los beneficios se revertirían a esas áreas, favoreciendo y protegiendo el ecosistema, sus habitantes y el país.

Debe crearse un camino para que este tipo de leyes que no están envueltas en el halo de intereses cruzados, se puedan ejecutar de forma rápida, sin intermediación de favor alguno. Sería lo adecuado construirlo para beneficio de esta sociedad hastiada, sería de verdad hacer algo por este país desorientado, dividido y angustiado.

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El oro y otros metales son imán de la codicia; así, desde antes de la Colonia las tierras del sur brindaron riquezas y dejaron sobre el lomo de la montaña una ciudad centenaria y mágica, la bella Zaruma, nombre construido con vocablos antiguos que denominaban ese punto de las estribaciones andinas.

Ciudad patrimonial de calles entrelazadas en subidas y bajadas, casas de madera con espíritu rococó y acento británico, herencia de los que se asentaron para dedicarse a la explotación de las minas, que junto a Portovelo hoy son lugares de atractivo turístico. Cantones de El Oro, que soportan necesidades urgentes para proteger edificaciones, ecología y paisaje, y controlar adecuadamente la minería ilegal e industrial. Por eso se ha redactado un texto de ley que permita dotar los recursos necesarios para organizar la recuperación de beneficios que generan sus ricas tierras y su encantador entorno.

El proyecto está siendo perfeccionado; sin embargo, no entra a proceso aún. Apremia comprender que es un elemento crucial para ayudar a resolver problemas urgentes. Es cierto que hay una tormenta de leyes que se lanzan sobre los legisladores, pero al menos esta que no tiene enemigos, sino el potencial agradecimiento de un pueblo, debería priorizarse. Facilitaría el desarrollo ordenado de la economía regional y los beneficios se revertirían a esas áreas, favoreciendo y protegiendo el ecosistema, sus habitantes y el país.

Debe crearse un camino para que este tipo de leyes que no están envueltas en el halo de intereses cruzados, se puedan ejecutar de forma rápida, sin intermediación de favor alguno. Sería lo adecuado construirlo para beneficio de esta sociedad hastiada, sería de verdad hacer algo por este país desorientado, dividido y angustiado.

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