La mañana de ayer se pudo presenciar la masiva afluencia de ciudadanos en las inmediaciones mercados y supermercados del cantón Quevedo.
Sin embargo, en relación a días anteriores, había más tranquilidad en los compradores quienes hacían largas filas respetando el metro de distancia.
Además, la mayoría llevaba colocada sus mascarillas de protección y en sus manos un frasco con alcohol antiséptico que a cada momento se lo colocaban en las manos y en los productos que adquirían.
Juan Magallanes fue uno de los ciudadanos que hasta se había colocado un buzo, botas y pantalones largos para hacer sus compras y así evitar ser tocado por alguna persona que contenga la enfermedad. “Cuando llego a mi casa me baño en el portal y tras desinfectar todo, entonces recién entro a saludar a mi familia”, contó.
Para el jefe de la Policía Municipal, Wilson Arias, algunas comerciales sí toman las medidas de bioseguridad necesarias para protegerse ellos, sus empleados y los compradores. (MZA)