Supervivencia

La necesidad de hacer análisis y de tomar decisiones en estos tiempos preelectorales y electorales tiene que ver con la vida misma del país, que se sumerge cada vez más en la crisis y nos deja el sabor de la desesperanza.

A veces el análisis no llega a establecer la directa relación entre el acto de depositar el voto en la urna o hacerlo de manera electrónica o enviarlo por correo, si es que se adoptan estas modalidades, y el futuro de la nación.

Y, ¿por qué lo menciono? La respuesta viene dada por el asumir la responsabilidad por lo que nos ocurre como país en su conjunto, derivada de la forma, muchas veces, irresponsable o ligera en la que se procede en los eventos electorales.

La democracia consagra el acto de elegir como uno de los procesos fundamentales, la temática debe ser analizada a profundidad, tomando real consciencia de que lo que nos ocurre depende de nosotros.

Se han hecho análisis sobre el impacto del voto joven -los que tienen 16 y 17 años están dentro del voto optativo-, pero habrá que ver qué porcentaje realmente vota y qué importancia le dan.

La supervivencia hace referencia no solamente a la que experimentamos frente al coronavirus; sino también con nuestro destino como país, las posibilidades de generar condiciones de gobernabilidad, de creación de empleo, de dotar a nuestros niños y jóvenes con educación de calidad, de hacer que la salud pública tenga una cobertura total, y que las asimetrías no se profundicen.

Debemos meditar profundamente sobre a quién le otorgamos la calidad de gobernante y la capacidad de hacer leyes. De ello dependerá el elegir a los que tengan hojas de vida limpias, a quienes no vayan a los cargos aspirando a enriquecerse, o a beneficiar a familiares, amigos y compinches.

No es un objetivo baladí; tiene que ver con la supervivencia del país y de sus habitantes.