Diciembre de enseñanzas

Ante la indiferencia, escoge la empatía. En un momento de tanto quebranto social y necesidad, estar para los demás y luchar por un mundo más justo desde cualquier espacio, puede cambiar vidas y dar esperanza.

Ante la reacción efusiva que puede desencadenar en un conflicto, da propuestas y aprendamos a escuchar. Los seres humanos somos reaccionarios y en situaciones de incertidumbre y temor, no siempre sacamos lo mejor de nosotros mismos.

La vida no está garantizada para nadie como para permanecer en lugares que no nos nutren el alma y la mente. Salir de los espacios que no nos llenan es un privilegio que pocos podemos costear en momentos de crisis y necesidades apremiantes, pero, tarde o temprano, la vida nos da la oportunidad de hacer lo que en realidad amamos. No eres las expectativas del resto. Rindes cuentas únicamente a ti y encontrar lo que nos mueve el alma es un proceso que requiere de trabajo interno.

Es normal pedir ayuda y decir lo que sentimos a tiempo.

Ponte límites. Priorizar es complejo, sobre todo en días como hoy en donde hemos roto los tiempos preestablecidos para el trabajo, los estudios, los quehaceres del hogar, los roles de padres, hijos y la vida social, pero es importante decir no sin culpa.

Infórmate de manera correcta. En los últimos meses hemos podido interconectarnos de maneras inimaginables pero la desinformación camuflada que llega a nuestros ojos debe tomarse con cautela.

Por último, necesitamos ‘des-aprender’ para avanzar. El mundo requiere una versión de nosotros mismos más consciente, más humana, más respetuosa, más libre. Si se mantienen aquellas cosas que han dividido a la sociedad durante años, estamos sentenciados a repetir nuestros errores.

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@domenicacobof