Burocracia indolente

Eterno problema de nuestra democracia ha sido siempre la asignación de recursos y su entrega oportuna. En la época de abundancia, consensuaron repartirlos equitativamente fijando al precio del petróleo y los ingresos globales como indicadores básicos. Muy pronto, ganó la viveza, se concentraron los recursos y esto les permitió tomarse todos los fondos, incluso, los fondos que garantizaban los depósitos privados de la banca.

A borbollones, crecieron el gasto público y la burocracia, tanto que más del 10% de la población depende directa o indirectamente del erario nacional.

La pandemia provoca intereses contrapuestos, y las acomodadas minorías no quieren entender que, si baja el precio del petróleo y sus ingresos, no pueden exigir al gobierno que mantenga los mismos montos de asignaciones y la entrega inmediata de unos fondos que no existen. Esto, mientras el 70% de los ecuatorianos ha visto reducidos sus ingresos y solo tres de cada diez ecuatorianos tienen un empleo formal.

Con el crecimiento de la nómina de los gobiernos locales en años pasados, no llegó una verdadera fiscalización de la calidad del gasto y sus obras. Pese a que existen ejemplos fáciles de imitar como el de Guayaquil, otras son incapaces de afrontar la realidad.

El gobierno no debe ser timorato y debe aplicar la norma sin empacho; pronto a terminar su mandato, no puede asumir compromisos para el futuro. Los que protestan deben entender que 17 millones de ecuatorianos tienen que comer, y no solo ellos; no podemos seguir sacrificándonos para que mantengan tren de vida.

Empezamos a vivir solo cuando dejamos de tener miedo.”

Dorothy Thomson (1893-1961) Periodista y radiodifusora estadounidense.

Del sufrimiento salieron las almas más fuertes; los grandes caracteres están sellados de cicatrices.”

Kahlil Gibran (1883-1931) Artista visual y poeta pakistaní