La crisis, a causa de la pandemia, hizo que varias personas empeñe sus joyas.
Redacción QUEVEDO
Con la pandemia a causa del Covid-19, también se dio el incremento del valor del oro, la materia prima para la elaboración de todo tipo de joyas, por lo que las ventas y pedidos en las joyerías han disminuido afectando el trabajo de los artesanos en esta rama.
El orfebre, Alfredo Arcalle, propietario de la joyería y relojería Topacio, quien tiene más de 15 años trabajando en este oficio, se sorprendió en los últimos meses al conocer que valor del oro subió con relación a los últimos tres años en los que costaba 50 dólares el gramo, ya trabajado.
Mientras que, tras el golpe de la pandemia, el valor ahora oscila por los 70 y 75 dólares. Pero eso no es todo, sus proveedores le han anunciado que va a seguir subiendo. “Teniendo la materia prima en el país tenemos que comprar a precio internacional. Mientras no se haga un control exhaustivo nos van a seguir afectando”, agregó el artesano quién al tener muy poco trabajo, ahora optan por exhibir prendas elaboradas con plata.
Poca demanda
Por otra parte, Henry Carpio, de la joyería Carpio hermanos, contó que a partir de la pandemia el precio del oro se disparó. Por lo que ahora el cliente se lo piensa dos veces antes de adquirir una prenda porque el costo es alto. “El gramo antes de la pandemia costaba entre 60 y 80 dólares, dependiendo del trabajo y la calidad. Ahora es de 80 y 100 dólares también dependiendo del trabajo que pida el cliente”,
precisó Carpio.
En sus 5 años de profesión, ésta es la primera vez que vive algo similar; sin embargo, tratan de mantener el negocio familiar, ya que considera que la joyería es un arte que tarde o temprano se lo volverá a apreciar.
Alivian sus deudas
La crisis no solo afectó al área comercial sino a todos los ciudadanos por lo que la mayoría se las ingenió para poder conseguir dinero, al menos durante los meses que duró el confinamiento.
Una de ellas fue María F., una mujer de 50 años, que con el esfuerzo de su trabajo logró adquirir un lote de varias joyas, pero lamentablemente tuvo que venderlas. Esto debido a que tenía deudas de créditos que había adquirido para la remodelación de su negocio. “Yo tenía aretes, y cadenas que compré con el esfuerzo de mi trabajo, pero un día al ver que no tenía ni un centavo para pagar las deudas, y con mi negocio cerrado, no me quedó otra alternativa que empeñarlas. Lo más triste es que el dinero que me dieron no era ni el 50% del valor en el que las había comprado”.
Andrés S., tuvo una experiencia similar ya que dio sus joyas como ‘prenda’ para que le faciliten un dinero, pensando que lo podía devolver rápido; sin embargo, la pandemia lo sorprendió.
“Un día me llamaron y me informaron que ya las había perdido. Me quedé sorprendido porque eran bastante y valoradas en un costo alto y sin embargo, solo había recibido el 50% de su valor real. Que impotencia que se siente saber que nuestro sacrificio de años lo perdemos en unos cuantos meses”, detalló el joven.
Historia como la de ellos se repiten en la ciudad por lo que aspiran que se abran nuevas oportunidades de empleo. (LRU)