10 claves para cuidar su nariz

Respire por la nariz.

La nariz actúa como mecanismo de defensa del sistema respiratorio, filtrando partículas nocivas que el aire contiene, lo que ayuda a prevenir resfriados y otras afecciones.

Suénese correctamente.

No presiones los dos lados de la nariz, sino solo uno mientras soplas por el otro. Repite luego la operación con el lado opuesto.

No contenga los estornudos.

Conseguirás comprimir el aire que, al no poder salir, empujará las mucosidades y bacterias hacia el interior de los senos nasales, lo que aumenta el riesgo de infecciones. En su lugar, debes abrir mucho la boca y emplear un pañuelo para que las partículas líquidas no se proyecten.

Realice lavados nasales cuando sea necesario.

Puedes hacerlos con aerosoles de solución salina, monodosis de suero fisiológico o con suero casero, que puedes fabricar añadiendo una cucharadita de sal a un litro de agua. Nunca uses bastoncillos de algodón para limpiar tus fosas nasales.

No use+ los aerosoles nasales más de tres días seguidos.

Lee el prospecto y no prolongues su uso, a no ser que tu médico te lo indique, porque su abuso puede empeorar el problema.

Apueste por la vida sana.

No fumar, practicar ejercicio regularmente, comer bien y descansar mejorará tus defensas y te ayudará a mantener a raya las infecciones respiratorias. Protégete también de los cambios bruscos de temperatura.

Conozca cómo actuar ante una hemorragia nasal.

Debes sentarte y mantener las fosas nasales cerradas durante al menos diez minutos, elevando la cabeza y apretando la parte blanda de la nariz con el pulgar y el índice. Aplicar compresas frías o hielo sobre el puente de la nariz puede ayudar a detener el sangrado, pero no introduzcas algodón en las fosas porque puede romperse y quedarse dentro.

Cuando esté resfriado, recurra a los vahos de vapor.

Realizarlos tres veces al día puede ayudarte a mantener el moco fluido y así, eliminarlo con mayor facilidad. Puedes hacerlo dándote una ducha o llenando el lavabo de agua caliente e inclinándote sobre él con una toalla caliente. Colocar un humidificador en la estancia también puede ser útil para evitar la sequedad de la nariz.

Hidrátese bien cuando estés resfriado.

El catarro o la gripe provocan abundante secreción nasal y transpiración. Por ello, es básico ingerir muchos líquidos.

Acuda a su médico si la congestión nasal dura más de tres semanas.

Suele desaparecer por sí misma, por lo que, si no lo hace, es preciso acudir al médico, al igual que si las secreciones nasales persisten o las hemorragias se vuelven muy frecuentes.