A ti deja el YO

La belleza de bípedos encantó la pureza de una niña asustadiza, que corría en la campiña, a la lejanía José trabajaba la madera en su morada. posé mis memorias en el cristal de “La América Joven”.

La niña no intrigante como el trigal me preguntó ¿Quién eres tú? Le dije: soy un corvato que no sabe de dónde está, la niña mayéutica socrática empleó ¿Por qué no sabes dónde estás?, y el pájaro pronunció, ¡Ay niña no debería yo contarte porque hui de ti!, una vocecita refutó ¿Tú, me huiste?, ¡Te equivocas corvato! Nuestras manos unidas y suaves están, ¡Deberíamos aprender a labrar la tierra! ¡Corvato “mueve el bote” !, ¡No ves que estamos en Pandemia!, ¿En Pandemia? La chiquilla replicó ¿Acaso vives en la inopia? Espera, si estamos en Pandemia, volveremos al alfa, estaremos con los “bípedos sin plumas”, la chiquilla reprendió ¡Deja de citar a Platón!, Somos seres humanos no bípedos.

Soy la vocación de la equivocación, ¿Y tú quién eres?

¡Aprendamos a vivir con o sin Pandemia!