Por los rincones de mi ciudad

A ra de su reinaguraci, la Plaza de Santo Domingo se ha convertido en el sitio de reuni de decenas de ecuatorianos, en su mayor la gente del pueblo propiamente dicho. El artista Florencio Reinoso asegura que el verdadero arte, no esttras las cuatro paredes del edificio de la Casa de la Cultura, sino en las plazas plicas, porque es all donde se produce la verdadera expresi del arte popular. Cantores de mica floklica, de pasillos, rockolera, vallenatos y hasta jazz se dan cita en mencionada plaza. Tampoco hay que descuidar a los mimos y el teatro de la calle. Con su cara pintada y su cuerpo fril, y eltico, todos los ds a partir de las cinco de la tarde, hace su aparici, en la Plaza de Santo Domingo, el mimo seguidor. Este personaje, oriundo de Colombia, divierte a decenas de personas que se ubican en los alrededores de la plaza. Le llaman el mimo seguidor , porque con mucha astucia se pone detr de la gente y le remeda en su manera de caminar. Como era de esperarse, decenas de ciudadanos festejan las ocurrencias del mimo. Las personas que est siendo remedadas, admiradas miran a la gente y se preguntan el porqude la risa. Despu de casi media hora de espectulo, el mimo saca su gorra y recorre toda la plaza en busca del apoyo popular. En el corto tiempo que vive en el pa, el hombre se ha ganado el aprecio de quienes concurren a Santo Domingo. Casi a la entrada de la iglesia, durante dos turnos diarios, uno en la mana y otro en la tarde, un grupo de cantores de mica vallenata, se encarga de encender el ambiente, en estos tiempos donde abundan las penumbras y desimos. Los integrantes de este grupo, dicen que no viven de la colaboraci de la gente a manera de limosnas, sino de la venta de sus casetes. En el otro extremo de la plaza, un tr de mica popular deleita a los asistentes con las canciones del inmortal Julio Jaramillo y tambi de los artistas rockoleros del momento. JosUlloa uno de sus integrantes, de profesi plomero y oriundo de la ciudad de Milagro, dijo que lleg a Quito en busca de trabajo,pero como la cosa estdifil, la guitarra y su voz constituyen por ahora su fuente de ingresos. Al igual que estos tres casos, decenas de artistas populares se turnan a diario en la Plaza de Santo Domingo. No tienen recelo alguno, al decir que ellos practican un arte de supervivencia. Para los comerciantes de la zona, los sados y domingos son los mejores ds. Seg ellos, desde las ocho de la mana hasta las diez de la noche, decenas de artistas se presentan a lo largo y ancho de la plaza y eso hace que la gente consuma los productos que ellos venden. Pese al peligro que representa circular por el sector, en la Plaza de Santo Domingo convergen decenas de compatriotas, todos ellos con una historia que contar, pero unidos en un solo pu: el deleite del arte popular.