Un día me inspiré y escribí diciendo que la Policía era una ‘legión de honor’ por haberse suscitado un hecho heroico en la batalla del Guayabo-guerra de Concha-Esmeraldas- los altos oficiales del Ejército emboscados no supieron qué hacer y murieron.

Un coronel de la Policía (regimiento Quito) al tercer día tomó el mando, pese a haber perdido la batalla, demostró que tenía valentía, era muy notable que los políticos los habían metido en una aventura a las fuerzas policiales; 96 años después otra clarísima aventura por las muchas evidencias de los confabulados golpistas. La Policía favorecida por múltiples atenciones por este gobierno.

El Mandatario fue confiado al lugar de la rebelión, creyendo que iba a encontrar amigos -como cuando al can manso se le intenta acariciar- pero éste le muestra los colmillos. El Presidente opta por un discurso y el reclamo de la tropa exacerbó los ánimos, el Ejecutivo rasgó sus vestiduras, demostrándoles su inflexibilidad y que sobre sus zapatos no había un cobarde, fácil de apabullar y correr -como otros lo hicieron.

Las tres comisiones descubrieron su error ante la llana explicación de una mente superior, entonces vino la orden de los trogloditas ¡maten al presidente!
Esperaron las sombras de la noche, donde el plan de rescate era débil y siniestro, todo para que se dé una tragedia, una lluvia de balas y muerte (hecho vergonzoso) pero el trasfondo, las leyes que favorecen a los campesinos como la del Cootad, terratenientes poderosos entre otros perderían inmensos y valiosas posesiones territoriales, las revocatorias del mandato y rendición de cuentas que los llevaría a oscuros calabozos -cosa de pensar.

Eso lo oculto de la rebelión policial instrumento de derrocamiento sin apoyo popular y hasta a mí me tocó, el mismo día, en horas de la noche un cobarde armado de pistola disparó a mi ventana dejando un foramen en el vidrio, propio de los canallas que se escudan en sombras nocturnas o en las personas de sicarios; viene de los viles que el pueblo los tiene bien identificados por cuanto muy pronto van a perder sus espacios de opulencias y perversión.