Feliz Navidad

PACO MONCAYO

Estamos a punto de celebrar las fiestas navideñas, recuerdo del día feliz cuando, en un portal de Belén, nació Jesucristo, el Redentor, que vino al mundo para dejarnos un mensaje de amor, al proclamar que todos los seres humanos somos  hermanos,  hijos de un mismo padre, sin distingos de razas ni fortunas; de tolerancia frente al ofensor, cuando aconsejaba presentarle la otra mejilla, antes que devolverle el agravio; de servicio, al insistir en que Él ha venido a servir, no a ser servido; de transparencia, cuando reta  a que lance la primera piedra el que se crea libre de pecado; de humildad, al preferir su cuna en un establo antes que en un suntuoso palacio. Y tantas otras lecciones de vida.

Somos alrededor de 2.400 millones de cristianos. Con 1.250 millones, la Iglesia católica romana es la más numerosa; la Iglesia ortodoxa, que incluye a las iglesias: griega, rusa, orientales y asiria, tiene más de 300 millones de fieles. Se suman 200 millones de las Iglesias coptas de Alejandría, Etiopía y Eritrea. Más de 800 millones de fieles pertenecen a las iglesias nacidas de las reformas Protestante y Anglicana: anglicanismo, luteranismo, anabaptismo y calvinismo; las Iglesias pentecostales, entre estas: la Asamblea de Dios, el Movimiento Misionero Mundial y la Asamblea de Iglesias Cristianas. Además, según el Corán, libro sagrado del Islam “Un día le dijeron los ángeles: ¡Oh María! Dios te ha elegido y purificado; Él te ha escogido con preferencia a todas las mujeres del Universo (Sura 3:42-43) ¡Oh María! Te albricias con Su palabra. Su nombre será el Mesías Jesús, Hijo de María… (Corán, 3:45-47).  Si se suma a los creyentes musulmanes que son 1.300 millones, media humanidad celebrará el nacimiento de Jesucristo.

Que en estos tiempos, cuando la pandemia ha asolado con pueblos, naciones y continentes, brille el mensaje humanista de Cristo, para que seamos capaces de hacer del amor el fundamento de solidaridad con los más pobres y atribulados; de la honradez, práctica diaria en las actividades particulares y especialmente en la administración pública; de la tolerancia con quienes piensan o son diferentes; de la humildad y servicio, en el ejercicio del poder. ¡Feliz Navidad!