Del Ecuador se enruta las tres cuartas partes del abastecimiento mundial del cacao siendo el de mejor calidad y más aún el superlativo grano está en Esmeraldas, según lo señala la narración dejada por los mismos extranjeros, en todos estos tiempos más de 500 años de transacciones mercantiles a Europa y Estados Unidos.

Nunca en la vida se registró daño a ningún consumidor por ingestión de nuestros productos; es ahora que con tan mala fe se crean reglas y leyes como medidas precautelantes sanitarias, fitosanitarias, calidad agroalimentarias, norma de cadena de suministros y aparecen una serie de siglas que obedecen a organizaciones como el ‘Convenio Internacional del Cacao 2010’ sujeto a Naciones Unidas, OIT (Organización Internacional del Trabajo) de amargas experiencias en lo que es la tercerización.

Mas, un océano de tontos aglutinados: gobiernos, empresas interesadas, organizaciones no gubernamentales y servicios de toda índole, han creado una serie de reglas de las denominadas ISO, que el empresario cumple a raja tabla, obedientemente, pero como esto no pudo ser un freno, ahora se inventaron otra regla, ISO26000 con la venia de la OMC (Organización Mundial de Comercio) la que induce a una supuesta ‘socialización’ de la labor productiva en obreros y campesinos que laboran alrededor del cacao y otros productos.

Tiene su sentido lógico, quieren manejar grupos de trabajadores previa capacitación y otras regalías, para a control remoto políticamente disminuir el ritmo de trabajo, producir el derrumbe de los precios, parar el desarrollo, obstaculizar, llenar de conflictos entre otras malignidades para controlar los mercados del sur, que emergen fuerte ante la crisis, desde luego que sus aplicaciones del cacao son por millares y de buenos ingresos.

Este mosaico de reglas inaprensibles, discriminatorias y desapacibles son impositivas no teniendo asidero a lo que ellos promulgan “el libre comercio” pero lo que sí tienen es el despropósito de la intromisión para doblegar nuestra soberanía y ralentizar nuestra economía como un abordaje corsario.