La muerte cruzada no va… por ahora

El presidente Guillermo Lasso dijo este martes que la muerte cruzada “no es la panacea”.
El presidente Guillermo Lasso.

En menos de una semana, el presidente de la República,se refirió dos veces a la muerte cruzada. Dijo que es una idea que “siempre está ahí”.

La muerte cruzada es como un fantasma que ronda en los pasillos de la Asamblea y hasta en la oficina del Presidente de la República, Guillermo Lasso. Así lo confirmó en una entrevista en Loja, el 29 de abril de 2022.

“La muerte cruzada (…) es una herramienta que está en el escritorio del Presidente de la República y que solo tomará pocos minutos firmarla, donde se atrevan a acercarse al límite de pretender destituir al Presidente y desestabilizar la democracia”, dijo el mandatario.

Sin embargo, cinco días después, en su espacio radial de los martes ‘Encontrémonos con la ciudadanía’  se dirigió a quienes consideran que la muerte cruzada es la panacea. “Yo les pregunto: ¿qué garantía tenemos de que con una nueva Asamblea va a mejorar la calidad de los asambleístas? Ninguna. ¿Para qué haríamos perder tiempo al Ecuador? Esto sería un frenazo en la economía, porque no se puede ignorar las relaciones positivas con el FMI, el Banco Mundial, el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) si no hay una seguridad de gobernabilidad en el Ecuador”.

Fuentes de Carondelet aseguraron a LA HORA que “La muerte cruzada siempre está lista, pero ahora no hemos topado ese tema”.

Solo un favorecido

Efectivamente, la muerte cruzada es la posibilidad de que el Presidente de la República disuelva la Asamblea Nacional por crisis política o ingobernabilidad. Lo puede hacer en los tres primeros años de su mandato. A los siete días de esta decisión el Consejo Nacional Electoral debería convocar a elecciones tanto para nuevos asambleístas como para Presidente.

Todos pueden volver a postularse, según el artículo 148 de la Constitución, pero el analista Alfredo Espinoza advierte que una medida así solo favorecerá al correísmo.

El máster en estudios culturales con mención en política y miembro del colectivo Voces por la Democracia cree esto porque se ha llegando a un nivel de hostigamiento y la ciudadanía puede volcarse hacia los populismos, clientelismos y discursos que intentan captar votos a través de la exacerbación de las emociones.

“Por eso es que el Gobierno no llama a la muerte cruzada. Pudo hacerlo hasta el tercer mes de su administración; pero como no hubo la decisión en ese momento, ahora la correlación de fuerzas en el Parlamento cambió”, insiste el politólogo.

Pachakutik está dividido entre los oficiales y los rebeldes. La Izquierda Democrática vive un momento de fragmentación interna, lo mismo que la Bancada del Acuerdo Nacional. Esto, para Espinosa, se reflejará en unas elecciones anticipadas que serían “la revisión del pasado”, con una oposición fortalecida y la presencia del Lasso como un presidente “anecdótico”, que lo más probable es que no sea reelegido.

Por eso, desde el colectivo Voces por la Democracia insisten en que la tercera vía sería la consulta popular. “La muerte cruzada no serviría de nada si los requisitos para candidatizarse, las mismas prácticas electorales y las exigencias de registro de los partidos políticos siguen siendo los mismos” concluye Espinosa.

Cuestión de credibilidad

Para Santiago Basabe, Ph.D. en Ciencia Política y docente de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) hablar de la muerte cruzada afecta la credibilidad del Presidente.  “Es como si a una guagua le amenazas que no les vas a llevar donde la abuela por su comportamiento, una, dos, tres veces, pero no le cumples. La guagua, al final, ya no te va a creer, eso le pasa al Presidente con la muerte cruzada”.

Basabe insiste en que si el Presidente va a decretar la muerte cruzada debe usar el recurso y punto. “Pero eso de capaz que sí, capaz que no, es un manejo político poco pragmático que termina afectando su credibilidad y la Asamblea va perdiendo el temor”, insiste el catedrático. (GLV)

Herramienta contra la desestabilización

El decreto de muerte cruzada descansará en el cajón del Presidente, pero se podría utilizar en caso de que existan los 92 votos de la nueva mayoría de oposición quisiera proponer un juicio político al Primer mandatario, de acuerdo con el punto de vista del abogado y docente universitario, Gabriel Hidalgo.

“Es una herramienta que, de existir un intento desestabilizador, podría entrar inmediatamente en vigencia” asegura Hidalgo quien cree que pronosticar un escenario así es muy difícil.

Que tome la sartén por el mango

Para la abogada y docente universitaria de la Universidad de las Américas, Alegría Donoso, el Gobierno debería utilizar la muerte cruzada, con todo el riesgo que significa, dentro de una estrategia política de fortalecimiento que podría desarticular los intentos desestabilizadores

Para Donoso es el Presidente quien debería proponer la agenda política y no dejar que esta la marque “una Asamblea mediocre”. La catedrática cree que una posible salida a esta crisis institucional sería que el Primer Mandatario y su equipo se apalanquen en sus logros, poner en relieve temas como la vacunación de más del 80% de la población, que obtuvo un reconocimiento mundial, capitalizar sus destrezas y luego de este fortalecimiento político, llamar a una muerte cruzada.

Donoso recordó que Lasso capitalizó el anhelo de los ecuatorianos que querían alejarse de la represión, la corrupción, la mentira, pero aclaró que eso se logra tomando “la sartén por el mango” y marcando la agenda política desde el Ejecutivo.

 “(El Presidente) perdió tiempo, esto (la muerte cruzada) debió haberlo hecho al inicio de su mandato, en la época del enamoramiento”,

Alegría Donoso, Abogada y docente universitaria.