La laguna de aguas verdes es vista desde el filo de la Panamericana.
Las leyendas como el tren accidentado, el taita Yambo, la sal y el ají, la gallina con los pollitos de oro y la historia de los hermanos Restrepo atraen a la gente que decide no solo ver la laguna desde el mirador que está al filo de la carretera que conduce a Ambato, sino que prefieren acercarse a su orilla, transitando por un camino viejo que no está en buenas condiciones.
La laguna de Yambo, llamada también ‘Laguna Encantada’, forma parte de la parroquia Panzaleo (Salcedo-Cotopaxi) y se encuentra a 6,5 km de Salcedo con dirección a Ambato.
Ya en las riberas de la laguna se evidencia el espejo de agua de un color verde que contrasta con el horizonte azulado y una región montañosa que enriquece el paisaje.
Aquí hay un complejo turístico privado llamado con el mismo nombre de la laguna, en el cual existe servicio de bar comedor, juegos infantiles, canchas deportivas, senderos para caminatas, sitio para camping, cabañas y botes para un paseo en la laguna.
Al filo de la laguna
Mientras se disfruta de un paseo en bote, se avista una variedad de aves acuáticas migratorias y otras residentes en este sector como son: el pájaro brujo, los patos silvestres, los patillos, el pato garza, las garzas, la garza gris, esta última es endémica (propia y exclusiva) de este sector. También es posible observar varios nidos construidos en la vegetación de totora que crece en la laguna y que es utilizada para alimentar al ganado y fabricar artesanías.
Pero eso no es todo lo que se hace en el lugar. Aquí se camina, se realiza cabalgatas, hay espacios para camping y sobre todo es un buen lugar para observar y fotografiar la exuberante vegetación de clima seco. Los cactus predominan en el entorno, existen especies como molles, puyamatas, eucaliptos, cabuyas, plantas originales de los páramos secos andinos y más.
Y para los amantes de los deportes extremos, en Yambo el terreno es perfecto para practicar el descenso de montaña con bicicleta.
A todos estos atractivos se suma el paso del tren. Por aquí cruza el Tren de los volcanes II, que sale desde Ambato, cruza plantaciones, la mítica laguna de Yambo, la Plaza Artesanal de Latacunga, hasta llegar al Boliche, al pie del volcán Cotopaxi.
Riqueza histórica
Yambo es una laguna de origen aluvial, posee una extensión de 1.100 m de largo y se ha formado por la presencia de vertientes subterráneas en la parte central.
Este sector cuenta con una gran riqueza histórica porque fue un asentamiento de los paeces, rama de los panzaleos (grupo étnico de Ecuador, denominados también kichwa del Cotopaxi). Los turistas que desean conocer un poco más de esta cultura pueden visitar la Loma de Tamboloma, que está a un costado de la laguna y donde se encuentran aún restos de sus cerámicas preincaicas.
Según la historia, en esta loma los panzaleos llevaban a cabo sus rituales rítmicos de combate con tambores antes de ir a enfrentar al enemigo en defensa de su territorio. (CM)
Leyenda: ‘El tren infernal’
Paralela a la carretera, a lo largo de la ladera que media entre esta y la laguna de Yambo, se deslizan los rieles del viejo ferrocarril, construido hace un siglo por el general Eloy Alfaro.
La leyenda que se refiere a un terrible accidente ferroviario sucedido junto a la laguna de Yambo. Este vehículo lleno de ‘montoneros’ que apoyaban la Revolución Liberal emprendida por Alfaro, se descarriló y se hundió en el punto más cercano a la laguna. Ninguno de los ocupantes pudo salvarse. Desde aquel tiempo existe la creencia de que todas las noches, cuando el reloj marca las 24:00, se escucha al tren de vapor y los gritos de las personas que desesperadas piden auxilio para no morir.
‘Los pollitos de oro’
Se cuenta que por el borde de la laguna camina una gallina con sus 12 pollitos de oro. Y la leyenda dice que esto es porque el lugar está encantando y que en el fondo de la laguna existe un millonario tesoro.
La codiciada gallina con sus 12 pollitos tan brillantes aparece siempre a las 24:00 en punto, al igual que los fantasmas que, según comenta la gente, no solo caminan penando por la estrecha callejuela que conduce hasta Yambo, sino también vuelan sobre las aguas buscando el descanso eterno.
