Perdonar es el valor de los valientes

Perdonar es el valor de los valientes
Perdonar es el valor de los valientes

Solamente aquel que es bastante fuerte para perdonar una ofensa, sabe amar.
Alguna vez te traicionaron, te jugaron sucio bien sea en el matrimonio, noviazgo o aun en el trabajo o ministerio. ¿Te está doliendo la herida? ¿Quieres perdonar y no puedes? ¿Estás tentado de empezar a pagar con la misma moneda? Lo más seguro es que llegues a pensar que fuiste un tonto o una tonta, y que eso no te lo vuelven a hacer nunca más.


– Amo a mi esposa pero me engaño o viceversa.
– Tanto que ayudé a esta persona a ser lo que es y ahora como me paga, ni me agradece.
– Todo lo que hice por esta iglesia y ni siquiera una llamada, una visita.
– Era mi mejor amigo o amiga y ahora anda diciendo cosas que no son ciertas.
– De quien menos esperaba una traición, no confío en nadie más.


Y la pregunta infaltable: ¿Qué hago? ¿Y si la/lo perdono y lo vuelve a hacer? Tenemos tres opciones:


Nuestra primera opción es mantener la distancia, queremos sentirnos protegidos y asegurarnos que no volverá a lastimarnos. Es la natural.


Nuestra segunda opción es pagar los platos rotos con personas que no tienen nada que ver con el asunto. Empezamos a contaminar a otros. Es la carnal.


Nuestra tercera opción es perdonar y entregar esa herida a Dios. El es el único que puede sanar, restaurar y renovar nuestras convicciones y nuestra actitud de servicio y compromiso con los demás. Es la espiritual.


EL DATO


Espero que hayas escogido la tercera opción. Si hay alguien que puede entender la traición es Jesús, así que él entiende tu dolor y está presto para sanarte y ayudarte en el proceso. Las heridas son oportunidades para crecer y madurar en la vida.