El circo

Rogelio Morales Cattani

El “viejo Circo” casi ha desaparecido, aún antes de la pandemia pocos eran los pueblos donde estaban esas carpas mágicas, con animales descuidados, con leones que parecían gatos y culebras que parecían cuicas.

Privados del “viejo Circo”, nos hemos acostumbrado a observar una “nueva variante de Circos”, donde se han multiplicado los “payasos”, contadores de chistes malos como: “no es robo sino acuerdo entre privados”, … “si van a robar roben bien”, … “hay que hacer la circuncisión territorial”, … “está el billete, pero no hay pruebas”, … “fue un error de buena fe”, o “me como un arroz con huevo y el país me importa un bledo”, chistes crueles propios de payasos de circos en decadencia.

Los “malabaristas” ya no dan espectáculo con argollas o espadas, ahora lo hacen contorsionándose para cambiarse de bancada y poder volar de flor en flor, buscando chuparse la que más miel les ofre$ca.

Los “ilusionistas” antes hacían desaparecer relojes, billeteras y pañuelos del público, ahora hacen desaparecer dinero, glosas, refinerías y hasta hospitales con presupuestos incluidos.
Los “lanza llamas” ahora trabajan dentro y fuera de la Contraloría, pretendiendo quemar pruebas que comprometen tanto a los de afuera, como a los de adentro.

Los “trapecistas” ya no se juegan la vida, ahora se reparten la troncha y vuelan de trapecio en trapecio, frotándose las manos no con talco o “maicena”, sino con billetes.

Hasta los “vendedores de golosinas” han cambiado, ya no venden manzanas acarameladas, ahora venden cargos públicos u hospitales, todo a vista y paciencia del incrédulo público de luneta y galería.

Los “domadores de animales” que entraron al escenario montando un indefenso burrito, domando gatos y cuicas, pretenden salir conduciendo vehículos de alta gama.

“Los guardianes y jueces del espectáculo” que tenían la obligación de cuidar a los asistentes que pagan entradas e impuestos, ya “billeteados”, se hacen de la vista gorda y miran a otro lado, en cambio los ladrones, con total impunidad, roban el dinero del incrédulo público de luneta y galería.

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