La reforma migratoria, en la base de las movilizaciones de hoy en EE.UU.

Washington

La reforma migratoria, sepultada en una pugna partidista en el Congreso desde el año pasado, vuelve a enfrentar hoy a grupos a favor y en contra de la legalización de más de doce millones de indocumentados en Estados Unidos.

Miles de inmigrantes salieron hoy a las calles en 90 ciudades de EE.UU. para exigir la aprobación de una ley que permita a los extranjeros clandestinos quedarse legalmente en el país.

La Oficina del Censo calcula que hay en EE.UU. unos doce millones de inmigrantes indocumentados, pero grupos tanto defensores de los inmigranes como opuestos a la inmigración calculan que hay casi 18 millones de extranjeros que residen ilegalmente en el país.

Entre sus demandas también figura un cese a las redadas en los centros de trabajo y las deportaciones, que la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) ha incrementado desde el año pasado.

El Servicio de Inmigración y Aduanas sacó del país en el último año a 221.664 inmigrantes indocumentados, esto es un veinte por ciento más que en el año anterior.

Las organizaciones hispanas, por ejemplo, señalan que los inmigrantes contribuyen al crecimiento económico del país -son la columna vertebral en algunos sectores- y enriquecen el tejido cultural de Estados Unidos.

Mientras, grupos conservadores a favor de más restricciones y controles a la inmigración en EE.UU., tratan de persuadir al Congreso para que estreche el cerco a los indocumentados, porque son un peligro para la seguridad nacional, una carga pública y, además, se niegan a integrarse a la sociedad estadounidense.

Así, de cara a las elecciones presidenciales de 2008, la realidad política que vive Estados Unidos dificulta la labor de legisladores que aseguran tener la voluntad para sacar adelante una reforma de las leyes de inmigración.

El presidente de EE.UU., George W. Bush, ha insistido en una reforma que incluya un plan de trabajadores huéspedes, el fortalecimiento de la seguridad fronteriza y una mayor vigilancia del sector empresarial para impedir la contratación de indocumentados.

Pero Bush también ha sido objeto de críticas de ambos lados del debate migratorio; los legisladores y grupos pro-reforma le acusan de no invertir un mayor capital político en el tema, mientras que los opositores le exigen mano dura contra la población clandestina.

La Casa Blanca se ha ganado la repulsa de grupos pro-inmigrantes tras la filtración de un nuevo borrador de reforma que, entre otros elementos, exigiría a cada indocumentado pagar 3.500 dólares para obtener un permiso de trabajo de tres años y, más adelante, una multa de 10.000 dólares para solicitar la residencia permanente o «tarjeta verde».

De acuerdo con ese borrador, que intenta contentar a todos los lados, los inmigrantes «sin papeles» no tendrían derecho a solicitar la residencia permanente para sus familiares.

El reto del Congreso es encontrar el término medio, y con ese fin, varios legisladores promueven distintas propuestas de reforma.

«Los inmigrantes siguen viniendo en busca de una mejor vida para ellos y sus familias, y hacen valiosas contribuciones a cada aspecto de la sociedad», dijo hoy el senador demócrata Edward Kennedy, uno de los encargados del tema migratorio en el Senado.

«Nuestra capacidad de proteger sus derechos pone a prueba nuestra humanidad, y tenemos que hacerlo de la forma correcta», agrego Kennedy.

Propuestas no faltan. La conocida como «STRIVE», del demócrata Luis Gutiérrez y el republicano Jeff Flake, es una vía a la legalización para millones de indocumentados que entraron al país antes del 1 de junio de 2006.

La del republicano Chuck Hagel permitiría la legalización para quienes entraron a EE.UU. antes del 7 de enero de 2004.

El líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, quiere que la Cámara Alta comience a debatir estas propuestas a mediados de este mes.

Las manifestaciones del año pasado consiguieron frenar una medida republicana que buscaba convertir en criminales a los indocumentados y a quienes les ofrecieran ayuda.

También por diferencias ideológicas entre demócratas y republicanos quedó enterrada una propuesta bipartidista que se acercaba a los deseos del presidente Bush.

Ahora, se trata de un nuevo intento de lograr una reforma antes de que, el próximo año, los legisladores otra vez en campaña electoral en la que, además del Presidente, se renovarán los 435 escaños de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado.

EFE

Miles de personas, en su mayoría mexicanas, marcharon en Phoenix, Arizona (EEUU) pidiendo igualdad de derechos para los inmigrantes hoy, 1 de mayo de 2007, en una de las doce marchas similares realizadas hoy en este país. EFE
Miles de personas, en su mayoría mexicanas, marcharon en Phoenix, Arizona (EEUU) pidiendo igualdad de derechos para los inmigrantes hoy, 1 de mayo de 2007, en una de las doce marchas similares realizadas hoy en este país. EFE