Encuestas

Eduardo Naranjo Cruz

En el mundo moderno las técnicas del mercado para dirigir con efectividad sus ventas utilizan la demoscopia como mecanismo para conocer opiniones e intuir tendencias de los consumidores. Estas técnicas dieron un salto a la arena política convirtiéndose en un mecanismo orientador para manipular el discurso con eficiencia.


Aquí esto está convertido en un negocio tortuoso que sale al público con cifras muy dispares entre unos y otros, demostrando que no hay seriedad ni técnica adecuada que las haga confiables para la gente que conoce del tema.


Esta técnica de “investigación” de la opinión pública se basa en una selección estadística de una “muestra” de población, que tanto más grande es más certera. La selección de la muestra es la clave de los resultados, además de cómo se formulan las preguntas, que es donde el entrevistador puede estar introduciendo un “sesgo direccional”, de allí que para dar credibilidad a los resultados hay que conocer bien a las empresas que los divulgan.


En esta campaña electoral ya iniciada conocemos “resultados” bastante diversos, demostrándose que estos instrumentos de sondeo se convierten en elementos de promoción de tal o cual personaje, haciéndose necesario conocer bien a los instrumentadores.


Si hay encuestadores que en algún momento fueron funcionarios públicos es decir mamaron de la política, de hecho su credibilidad queda en suspenso, pues de entrada “estará contaminada” la investigación y tendrá poco rigor técnico, razón por la que el público debe saber discriminar lo que escucha y así tener una visión más real de las cosas. La gente con mayor información y criterio deber hacer análisis correctos, liberados de juicios emocionales y captar con precisión a los monótonos “opinadores con rabos de paja”.


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