El divorcio es la ruptura del vínculo conyugal mediante una resolución judicial que se produce por causales o por mutuo consentimiento. Nuestra legislación ha contribuido a la destrucción de hogares a tal punto que en la primera dificultad ya se habla de divorcio, y dada la facilidad legal, los cónyuges terminan con la institución del matrimonio.
Si la pareja supiera, antes de divorciarse, las consecuencias que produce la disolución conyugal, puedo asegurar que no hablarían del tema con tanta ligereza. Los sentimientos que afloran de inmediato ante un divorcio son el enojo, la culpa, la depresión, la inseguridad, el temor, el estrés y el fracaso, entre otros. Las niñas, niños y adolescentes presentan problemas conductuales de ansiedad, abandono, tristeza y baja autoestima, lo que influye gravemente en el rendimiento escolar.
La decisión de divorciarse se origina por causas conocidas, ya sean violencia intrafamiliar, infidelidad o por surgimiento de una nueva relación amorosa. La pareja olvida que formó una familia, la cual quedará desamparada a nivel parental, emocional, social y económico; pues un padre separado y resentido se niega a cumplir con las obligaciones para con sus hijos; tornándose la situación más grave aún si la mujer dependía económicamente de su esposo.
Cabe recordar que si bien es cierto que la pareja se divorcia, ésta no lo hace de sus hijos; pues, los dos deben contribuir para que la ruptura matrimonial sea lo menos dolorosa y traumática para ellos, que no pidieron nacer y peor aún venir a padecer los sufrimientos que conlleva una separación. Imagínese salir de su casa dejando a sus hijos abandonados y sin siquiera poder despedirse de ellos al hacer un retiro definitivo del hogar.
Ahora bien, mi consejo para quienes estén pensando en divorciarse por cualquier razón, es que piensen todas las veces que sean necesarias y que además busquen ayuda psicológica puesto que muchas veces sí es posible superar los inconvenientes que se presentan en todo hogar; deponiendo por supuesto, toda actitud negativa, pues esto a la postre servirá para consolidar una familia unida y estable.