Cada día que amanecemos en el país las noticias son alarmantes, por las dos pandemias que nos ha tocado vivir como es la del Covid 19 y la de la corrupción. En donde la administración de justicia ha jugado un papel esencial por parte de la Fiscal de turno que ha estado sujeta a combatir todos los caprichos y ambiciones de estos malos funcionarios públicos que han controlado el poder económico, social y político de nuestro escuálido país.
Tengo entendido que en determinaciones judiciales que la imparcialidad y rectitud son características inamovibles de los jueces, además que el conocimiento de las normas jurídicas en vigencia son la base fundamental del poder judicial en la que se ejerce el bien y no el mal. Y como su nombre lo indica la justicia es testigo, fiscal y juez una hermosa trilogía, que debido a las imperfecciones de la conducta humana de cada individuo, es inexplicable que se hayan cometido tantos (errores), por extrañas influencias de toda índole.
En los últimos días se ha escuchado que la señora Fiscal ha manifestado su preocupación por las decisiones ligeras de algunos jueces ante los acusados de corrupción que han perjudicado al país y a nuestra gente. Para que el país y el pueblo nos sintamos satisfechos de una verdadera justicia social debe exigirse una garantía administrativa judicial en que las decisiones de las dos partes, tanto de la Fiscalía como de los Jueces sea de armonía y relación lo uno y lo otro.
De esta manera se dará con agilidad el trámite respectivo a los procesos que se tengan vigentes. Lo que solicita el pueblo es sanción para los corruptos que se han burlado del pueblo, debería haber una sanción ejemplarizad- ora para los que no han respetado la pandemia y el dolor de muchos hermanos ecuatorianos que están padeciendo y están sufriendo este mal.