No es sobre la verdad revelada sobre lo que voy a hablar. Para entendernos mejor quiero recordar una realidad sobre la que no podemos divergir. La luz aclara y nos ayuda a ver mejor las cosas, la luz nos deslumbra y puede llegar a cegarnos y no poder ver nada.
La misma luz nos ayuda y nos condena, varía poco, un ángulo o su intensidad. Los mismo nos sucede, es mi parecer, con la creatividad; la creatividad -puesta de moda y usada como muleta por nuestro Presidente.
Un pillo es creativo, nada más que ver a los hackers o recordar al cuentero de Muisne y a nuestros artistas del “paquetazo” o del “loteriazo” o la “burundanga” (nuestra antigua y decorativa “flor de guando” o floripondio) el Parque de la (Alameda en Quito, estaba lleno de estos árboles hasta los 1960s).
Un santo es creativo, en el Ecuador podemos constatar los resultados de los sistemas educativos de los jesuitas, los hermanos de las escuelas cristianas de La Salle y las escuelas talleres de los salesianos.
Y un inventor, por excelencia, dedica su creatividad a hacer más fácil y más complicada la vida.. Edison con su foco de luz incandescentes y cientos más, Marconi con la radio, luego los que hicieron posible la TV, el transistor, los chips y todas las bendiciones y maldiciones de las últimas generaciones tecnológicas.
Y así llegamos a las cumbres o simas, crestas o valles de la creatividad política, la millonada de dólares, repartida como estímulos personales por Petrobras (solo la justicia independiente recaba más de 1.600 millones de dólares) y de acuerdo con nuestro tamaño, llega un aventurero sin influencias ni residencia y le regalamos casi un millón de dólares, solo en movimiento de tierras regalamos mil millones en la quimérica Refinería del Aromo. Necesitaríamos cientos de páginas para enumerar nuestros ejemplos de creatividad criolla y soberana.