Perdedores


Miguel Ángel Puente


Desde el 2 de abril, una vez que regresó el sistema del CNE y el escrutinio comenzó a beneficiar a Lenín Moreno, se reanudó el frenético festejo, la proclama triunfalista, la sonrisa insidiosa y los incisivos comentarios en contra de los “malos perdedores”.
Los hasta ahora ganadores satirizan, se mofan, subestiman a los perdedores; pero su miopía no les permite ver la realidad nacional, que va más allá del anuncio de resultados supuestamente irreversibles, realizado por un juez altamente cuestionado.
Pienso, como posiblemente más de la mitad de los ecuatorianos, que los perdedores son ellos, los que no gozan de la legitimidad, los que se enseñorean de estar por encima de la Ley, los que piensan que son intocables, los que se sienten limpios por haber sido absueltos por sus propios empleados, los que no podrán explicar a sus hijos cómo pudieron darse tantos lujos que sus ingresos no justifican, los que conviven con la sombra de los sobreprecios y cohabitan con la duda de una lista de sobornos, que solo la inoperancia o complicidad impiden su conocimiento.
Los perdedores son los que usaron fondos públicos y medios públicos para convencernos de una realidad que no la perciben quienes perdieron sus trabajos, quienes recibieron sus jubilaciones en bonos, quienes deben esperar un año por un turno para someterse a una operación urgente. Probablemente los perdedores son los que insultan, los que dividen, los que necesitan denostar a sus opositores, haciéndoles culpables de todo lo malo, porque ellos se consideran hacedores de todo lo bueno.
Los perdedores son los que eventualmente sean posesionados, pero serán presos de su propia demagogia, de las crecientes dudas sobre la transparencia del proceso y sus mismos electores serán jueces implacables si no responden a las exigencias de la coyuntura. Para los que se creen ganadores es importante recordar aquella frase de John F. Kennedy: “Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo”.


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