Hechos y no palabras nueva Asamblea

La Asamblea debe comenzar introduciendo a la nueva constitución el poder del pueblo en el Gobierno y el Gobierno sirve al pueblo. También debe establecer los mecanismos necesarios para castigar a todos los culpables y responsables que propiciaron el caos político, enriquecimiento ilícito, corrupción, robo y saqueo de los recursos naturales del pueblo ecuatoriano con la confiscación de los bienes hayan adquirido ilegalmente, tampoco vuelvan a ejercer cargos de ninguna clase y sean publicados sus nombres para que el pueblo los conozca y sirva de ejemplo y escarmiento para la sociedad y juventud.

La Asamblea debe establecer orden, justicia, equidad para que todos los bienes incautados, vayan en beneficio de todos los habitantes con el desarrollo de proyectos sociales, programas comunitarios con la finalidad que la mayoría del pueblo se integren al sistema democrático, tengan acceso a la educación, salud, empleo, produzcan riqueza, considerando que nuestro Ecuador es rico en recursos, no es pobre lo que ha sido pobremente administrado por los políticos tradicionales buscando solamente el acomodo de sus intereses personales.

El pueblo no ha podido ser escuchado por un Congreso desprestigiado, siendo sus únicos medios la movilización popular, se tiene que igualar e equilibrar el poder con una profunda reforma del sistema político. Más vale convocar a una colaboración desinteresada de los hombres honestos y de buena voluntad al margen de cuanta diferencia de criterio esta dividiendo a los ciudadanos de limpio corazón y mente clara y que somos la mayoría en el Ecuador.

El sistema político ha sido corrupto e incapaz de producir riqueza para el pueblo, debían haber sido los custodios del Poder, porque el Poder pertenece al pueblo, en nuestro país han creído ser los dueños, propietarios personales de la Republica por encima de cualquier sistema de control y fiscalización han tenido al Estado al servicio únicamente de sus intereses personales.

Desprestigio a la deshonra publica, el pillo no teme a nada y por eso roba; por eso llega a un cargo publico, se enriquece ilícitamente, perjudica al Estado y no se preocupa, porque con los fondos acumulados puede comprar su libertad y sigue trabajando en el Ejecutivo o Congreso. Centremos entonces nuestros esfuerzos en comenzar por volver a tener justicia en el Ecuador con una Constitución independiente de injerencia económica o política, llegando hacer una verdadera reforma de la democracia.

De lo contrario habríamos arado en el mar, Simón Bolívar, al contemplar desilusionado y enfermo, el panorama de los países que integraban la Gran Colombia dijo: “Si mi muerte contribuye a que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajare tranquilo al Sepulcro”. El Libertador hace una denuncia imperecedera de que las ambiciones personales y las banderías políticas no vacilaban en la tarea de disputar el Poder a cualquier precio, incluso al de la desaparición de las pequeñas republicas.

Ing. Juan G. Guerrero
Consultor Internacional
Houston, TX United States.