La verdad no es absoluta

Las protestas ciudadanas son el pan del día en diferentes rincones de la Patria y sin embargo no han cesado las cadenas ordenadas por la Secom, en un afán equivocado de querer tapar el sol con un dedo; es decir presentar unas obra inaugurada por minúscula que sea, en lugar de atender la voz social que se desborda en las calles.


No hay programa televisivo ni radial que no sufra el atentado de alguna publicidad gubernamental. Es un pecado capital discrepar con el Gobierno. Se han conculcado las libertades de expresión y, lo que es más grave, se ha secuestrado la Justicia. Antes una mala ley, en manos de un juez imparcial era desestimada, pero hoy los disparates adquieren importancia. Vale todo si se tiene la camiseta verde, en una muestra de prepotencia y sumisión.


Fidel Castro decía que “todo en la revolución, nada fuera de ella”, haciendo referencia a que no se puede ni se debe premiar a ningún autor que no sea afín al su Régimen. Esta equivocación con seguridad dejó fuera a excelentes escritores que no pensaban como él.


Lo mismo puede pasar en otros campos de la vida nacional, cuando creemos que no se pueden ni se deben acciones, pensamientos o militancias fuera de Alianza PAIS.


Nadie es dueño de la verdad, ésta no es absoluta y de sabios, cosa que le he dicho al señor Presidente por más de una vez, es creer que también los que le dicen “fuera Correa, fuera”, alguna inquietud tendrán, alguna necesidad presentarán.


Lo contrario significa un autoengaño, porque el gobierno sabe bien quiénes y cómo llegan diariamente a la Plaza Grande, cuántos están obligados en las contramarchas, conoce también los cientos de efectivos que deben custodiar Carondelet, sabe que no vive libre y tampoco se mueven sus personeros por las calles sin ser víctimas del repudio social.


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