Ahora Fundamedios

Después de la experiencia traumática de la disolución y liquidación de la Fundación Pachamama, sin tapujo alguno ni tampoco recato se ha iniciado un procedimiento para disolver a una nueva fundación: Fundamedios.


Ya lo decíamos en una columna anterior, el Decreto Ejecutivo 739 vigente a más de inconstitucional se constituye en un verdadero atentado contra la libertad de asociación y expresión, pues las causales de disolución de las organizaciones sociales son ambiguas y entre ellas hoy se aplican tres: “desviarse de los fines y objetivos para los cuales fue constituida”, “contravenir reiteradamente disposiciones emanadas por las autoridades competentes para otorgamiento de personalidad jurídica o por los entes de control y regulación, de acuerdo con lo previsto en este Decreto” y “dedicarse a actividades de política partidista, reservadas a los partidos y movimientos políticos inscritos en el Consejo Nacional Electoral, de actividades que atenten contra la seguridad interna o externa del Estado o que afecten a la paz pública”.


Es decir, existe una violación al principio de legalidad, pues un reglamento mal puede ser el acto normativo que permita establecer sanciones y peor aún que regule un derecho constitucional, cuando la misma Constitución establece reserva máxima legal.


Resulta inverosímil, por decir lo menos, que la Secom utilice argumentos falaces y equívocos para acusar de actividades de política partidista a instituciones que trabajan precisamente generando pensamiento político propio y que defienden la libertad de expresión en todo su sentido.


En un Estado constitucional y democrático es fundamental asegurar el debido procedimiento administrativo, aunque resulta una incongruencia tratar de disolver una entidad social por el mero hecho de supuestamente hacer política, pues muestra la existencia de un Estado disciplinante, moralista y contrario a la protección de los derechos que se ha convertido en su simple administrador.


Probablemente la suerte de Fundamedios ya está echada, pero es hora de que la ciudadanía luche por la vigencia de los derechos humanos, caso contrario, será muy tarde y la tiranía nos ahogará haciendo trizas a la democracia.


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