En la ONU

Hace unos días, en mi cuenta de twitter, escribí que Correa diría en la ONU que en el Ecuador todo marcha bien, pero que no diría que los ecuatorianos estamos nerviosos, con miedo al futuro y un/a diligente partidaria/o del Mashi (@aledelsalto1) me ha contestado “que no tenga miedo, que abra los ojos, que la ONU ya ha reconocido el avance del Ecuador y por eso le han invitado a la mesa directiva”.


De lo que dijo Correa en esa tribuna mundial copio unas pocas perlas: “Es necesario caminar a una declaración universal de los derechos de la naturaleza.” “Si no protegemos el único planeta que tenemos, podría empezar el entierro de nuestra civilización.” “Las empresas transnacionales deben terminar los abusos ante los estados del sur.”


¿Cuánta sinceridad hay en estas palabras?, ¿cuánta honestidad? Cuando el Che estuvo en la ONU las fuerzas de la reacción mundial tuvieron que ponerse en movimiento para contener la marea popular continental. Había detrás de sus palabras la dinamita de la razón de los desamparados, la voluntad de luchar hasta vencer o morir. Nunca en la ONU sonó con tanta fuerza la voz del pueblo.


Ahora las palabras de Correa suenan huecas, aunque lleven razón. Se han convertido en el oropel que adorna la personalidad de los líderes del “progresismo” latinoamericano que van por el mundo sosteniendo que, para hacer la revolución hay que fortalecer el capitalismo, para lo cual abren las puertas a los abusos de las transnacionales extractivistas, ponen luz verde a la agricultura transgénica, agreden “técnicamente” a la naturaleza y bajan la cabeza ante el amo.


Claro, @aledelsalto1, así ¿cómo no va a tener el mashi el honor de sentarse en la misma mesa de los dueños del mundo? Ellos nunca le hubieran extendido la misma invitación al Che, no lo dude.


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