Desplome chavista

Analizar Venezuela cae en el escenario de la complejidad y no solo por la polarización política, sino también porque la recaudación de datos en algunos aspectos es tarea imposible. Algunos indicadores de su economía están resguardados e, incluso, otros ni siquiera existen. Por ejemplo, si bien no es desconocido para nadie que América Latina vivió un boom económico debido a la venta de materias primas y en el caso de los países petroleros de hidrocarburos, sin embargo es un misterio indescifrable saber qué hizo la administración chavista con tanto dinero frente a la inmanejable inflación, la reducción del número de barriles diarios de petróleo para exportación y el desabastecimiento que pone en evidencia la realidad que más del 80% de productos de primera necesidad son importados.


Ahora bien, muchos de los militantes de la revolución bolivariana dirán que el dinero de la bonanza está en las Misiones, es decir en los programas de atención social que el Gobierno diseñó con asesoramiento cubano después del golpe de Estado contra Chávez en el 2002. Sin embargo, es un misterio la manera cómo se realizan las inversiones en estos programas e, incluso, no hay información acerca del impacto real, es decir si la inversión tiene alguna poderosa razón de ser en el presente y a futuro. Por tanto, no solo interesa la información acerca del incremento en el acceso y la cobertura a la salud o la educación, sino conocer a cabalidad su calidad y sostenibilidad.


Tampoco se conoce cómo el Gobierno venezolano, en contra de la descentralización del Estado, administra los recursos que van a los Consejos Comunales, que en la práctica vienen a ser agrupaciones en territorio que solo reconocen a quienes se adscriben a la revolución bolivariana bajo el libreto de la democracia participativa. Esta acción debilita las competencias y las dinámicas propias de las alcaldías y las gobernaciones. En definitiva, parecería que esta idea del Socialismo del Siglo XXI es la construcción de un Estado paralelo que va quitando la centralidad del Estado tradicional.

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