El sol nos mata

Así es y la culpa no es del sol, es de nosotros, los seres humanos que vivimos en este hermoso planeta en el que florece la vida, esa condición biológica que el señor René Ramírez, funcionario de este gobierno, dice haber descubierto es un ‘bien’ que está más allá del valor (de uso y de cambio).


Creo que decir ‘nosotros’ es mucha gente. Los países desarrollados son los responsables, más concretamente, la irracional producción capitalista. Una producción que ha pasado de lo necesario a lo postizo. Podemos afirmar con seguridad que si un mago pudiera reducir la producción a lo estrictamente necesario, la humanidad se salvaría, pero, ¿quién le pone el cascabel al gato?
En pocos días se reunirán los ministros del primer mundo en París para tratar de alcanzar un ‘acuerdo universal’ sobre el cambio climático. En ese foro se seguirá discutiendo la tesis de que los países ricos dejen de subvencionar la industria de los combustibles fósiles y destinen ese dinero a ayudar a los países pobres. Los ricos, que han cargado la dinamita, ahora quieren retrasar la explosión.


En el papel los gobiernos ricos se han comprometido a entregar cien billones de dólares a los países pobres para mitigar los efectos del cambio climático, pero un estudio del FMI revela que esos mismos países destinan diez millones de dólares por minuto para subvencionar los combustibles fósiles. ¡En esos niveles todo es hipocresía!


Lo que nos corresponde a los países pobres del mundo es hacer la revolución y cambiar la matriz productiva de nuestra vida. Cientos de pequeñas revoluciones anticapitalistas en el mundo, pondrán de rodillas al imperialismo contemporáneo.


Los funcionarios del gobierno de la RC deberían saber esto y no ir a lucirse con seudoteorías en los salones del enemigo.


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