NO a las presiones

Como en muchos países de la región, la justicia en el Ecuador también está sometida a una serie de presiones o interferencias que bien podrían afectar a la independencia de los jueces.


En el caso concreto de Vaca, Cajas y Jarrín existe un antecedente que no es nuevo en la administración de justicia, pues bajo el principio de publicidad de las audiencias acuden sistemáticamente varios funcionarios públicos no judiciales y ahora se ha sumado la presencia de la cúpula militar del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.


Al respecto es importante aclarar que la Función Judicial es la única que puede determinar si existieron o no violaciones de derechos humanos en contra de las tres personas señaladas, por ello no es prudente bajo ningún concepto la presencia de representantes de una institución tan importante para la soberanía nacional, ya que de forma directa ha gestado una atmósfera o clima de tensión que puede ser contraria a la libre convicción de los operadores judiciales.


También urge aclarar que el concepto medular que se encuentra en discusión no es el ataque a instituciones sino la búsqueda de la responsabilidad de agentes públicos que abusaron de su poder, pues los derechos humanos son universales y han servido para el “reconocimiento de los límites al poder de los Estados nacionales en beneficio de la dignidad humana”.


Además hay que desterrar una idea generalizada, aunque equivocada y peligrosa que pulula en varios espacios de opinión, en el sentido que los derechos humanos eventualmente podrían sufrir menoscabo cuando existen razones justificadas o buenas intenciones de por medio. Ese precisamente es la misión y el reto de los jueces, pues deberán establecer responsabilidades en aquellos casos donde los ciudadanos no han sido respetados por agentes del Estado.


El caso también nos puede ayudar a reflexionar sobre una de las enmiendas constitucionales, pues la fuerza militar tiene funciones específicas que no pueden confundirse con aquellas destinadas a la policía nacional. Sin apasionamientos, espero que triunfe la justicia y la sensatez.


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