El turismo en Esmeraldas

Si de algo debemos sentirnos orgullosos los esmeraldeños es de tener una naturaleza privilegiada con la que nos ha premiado Dios, así como al resto del país; pero ese don recibido no lo hemos sabido pulir y utilizar dando vuelo mental para ser creativos e innovadores como se opera en otros lugares del planeta, unas veces por desidia o por la mala política que no nos ha sabido ubicar en el lugar que merecemos donde más interesa el bienestar personal que empaparnos y por lo menos copiar lo que hacen otros coterráneos para con razón poder sentir la satisfacción de que la industria sin chimenea nos permitirá avanzar.


Se quejaban los voceros que hacen dirigencia del turismo esmeraldeño y algunos dueños de negocios, que el último feriado de noviembre no hubo la afluencia que esperaban y que así lo demostraban las llaves que colgaban en hoteles y residencias en la recepción, lo que perjudicaba sus economías porque ellos se preparaban con productos de mar para brindar una exquisita gastronomía y se quedaron con la mayoría de esos productos a sabiendas que en muchas ocasiones los cortes de luz atentan con el mantenimiento, a lo que se suma la falta de agua, calles con grandes huecos y basura que se dispersa por falta de oportuna recolección.


Para esta situación hay respuestas lógicas, toda vez que muchas personas tienen libertad para escoger donde van a recibir mejor atención y el cobro justo de los platos a servirse, porque aceptemos que aquí en nuestra verde Esmeraldas hay restaurantes y hoteles que hacen su agosto elevando los precios y reduciendo la porción a servirse, situación que corre a cualquier visitante y no le queda ganas de regresar. Siendo así, expresan los hoteleros que ellos rebajaron el precio de las habitaciones para atraer más turistas, pero que los resultados fueron negativos, todo lo cual se ve avalado por anuncios escandalosos de enfermedades que transmiten los artrópodos, derrumbes, desbordamiento de ríos y por las lluvias y mareas que se salen de lo normal.


De esta manera es difícil esperar que quienes nos han visitado en otros tiempos sientan el deseo de regresar por la explotación que se opera y dicho sea de paso por la inseguridad que es provocada por nuestra propia culpa y muchas de nuestras autoridades que solo están pintadas en la pared y les gusta hacer declaraciones que están alejadas de la realidad, deben saber que mientras no se controle mercados y a vendedores que llegan a duplicar precios como sucedió con la naranja y otras frutas cuando la cosecha no ha pasado, que no se alteren los precios de productos del mar en un oportunismo sin nombre, la situación será igual.