Repudio y enmiendas

En plenas festividades de la capital se aborda un paquete de enmiendas funestas a la Constitución. Una catástrofe adobada con suspicacia, cálculo político y extrema propaganda.


Un contubernio para suprimir el Derecho Humano a la libertad de pensamiento, información y comunicación por el cambio a un servicio público bajo la vigilancia y el castigo del Régimen; el envilecimiento contra las Fuerzas Armadas, que las convierte en mecanismo accesorio de la Policía represora; el cercenamiento de las actividades de la Contraloría, que desatarán la impunidad de la corrupción; la devastación de los derechos laborales de los trabajadores del sector público; la sumisión de los gobiernos locales al central a modo del Estado centralista colonial y la absurda erradicación del derecho soberano a la consulta popular.


En Venezuela buscan acabar con el ‘tirano Maduro’, porque lo siguiente es una rebelión popular tras la mirada ausente y el silencio estruendoso del resto de gobiernos latinoamericanos. Acá nadie puede disfrazar una crisis económica después de que el Poder acumuló la mayor deuda externa de la historia, empeñó las reservas de oro, explotó la mayor reserva natural Yasuní y entregó al exterior la producción petrolera y minera.


Nadie puede encubrir el aniquilamiento de miles de puestos de empleo, el amontonamiento de impuestos, el déficit de la balanza comercial, el uso de fondos de la Seguridad Social, la expansión de la pobreza rural, la cantidad de viajes innecesarios al exterior sin auditorías ni cuentas claras y el cierre de tantas industrias en el último lustro. Esos discursos anacrónicos con mezcla entre izquierda y derecha, con trampa y violencia policíaca, nunca redistribuyeron la renta nacional con justicia.


La gente en las plazas y calles expresó su repudio y anuncia el final de la vanidad presidencial. En una segunda vuelta electoral, el correísmo sabe que pierde y no quiere repetir el escenario argentino. Por eso, el partido oficial se vuelca a salvar el control del aparato del Estado y luego jugar con la muerte cruzada cuando pierda la futura Asamblea de 2017.


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