Salida al ruedo

La unidad de la diversidad ideológica es la única salida que impulsa la acción social y solo el pueblo salvará al pueblo. Cuando las masas correístas ya se han vuelto sobre sí mismas, hay que transparentar el mayor sufrimiento nacional: desempleo y miseria extendidos tras una tal obra pública sin pesquisas, a cambio de un gran saqueo de fondos inmisericorde.


La historia nacional requiere cifras y datos ciertos del endeudamiento chino, del raudo desplome económico y financiero, de los entretelones clandestinos de la esquizofrenia del caudillo. Hay que investigar, a sangre fría, el rol del cabildeo diplomático y la confabulación de palancas durante el lobby de la ‘Revolución Ciudadana’ que permaneció asalariada para obtener una decena de honoris causa para su providencia.


Hay que hurgar en detalles del culto a la personalidad tiránica y contabilizar el gasto en propaganda durante la década del espectáculo. Hay que reinventar el imaginario masivo para transparentar, fiscalizar y juzgar lo actuado por el dios que dijo que sabía y hacía todo.


El periodismo requiere del escritor comprometido. Del que no cuenta con la esperanza de ser escuchado pero sí con la certeza de ser perseguido. El otro, el absoluto y sus súbditos, ya cerraron revistas y periódicos (Vanguardia o diario Hoy), clausuraron radios (Tarqui o, pronto, Democracia), decidieron ante un centenar de periodistas silenciados y amenazaron a medios (Expreso, La Hora, Ecuavisa o Teleamazonas), pero alguien tiene que volver a abrirlos, a categorizar el relanzamiento del pensamiento libre.


Aquel monstruo oligarca de la arrogancia requiere aún de ceremonias, consagraciones, homenajes y más esperpentos para eternizar su envanecimiento. El pensamiento crítico y el remordimiento de un millar de votantes libres no lo permitirán; y, la oposición está obligada a funcionar como tándem para recuperar el espacio democrático y mantenerse unida.

Hay que volver a proponer, a reconstruir las instituciones democráticas, a organizar el sistema económico y a enfrentar la inverosímil crisis heredada. No es asunto de izquierda o derecha sino de estar arriba o abajo.
[email protected]


@klebermantillac