Burbujas

Una vez que el número del año cambió en el calendario, me parece que eso es lo único real y constatable, lo demás, bah! Pero algo tiene que cambiar, si no al instante, por lo menos paulatinamente y para ello hace falta la voluntad de mirar alrededor o más lejos.

No desechemos esos hormigueos concienciales, más bien escudriñémoslos. Aprenda algo nuevo cada día, no sabe los miles y miles de cosas que fácilmente puede aprender. Si no lo ha hecho ya, este puede ser el mejor momento: rompa y salga de la burbuja que lo mantenía abrigadito y engolosinado pero que en su visión periférica era realmente un limitante. Lo peor que le puede pasar a una persona es que la traten mal, la pateen en el suelo y que usted (Dios no lo permita) se sienta agradecido.


Interésese por las noticias del mundo y compare con lo que usted siente y sufre. Proteste ante la hipocresía o inconciencia de periodistas, que por adular al amo, dicen desvinculado por despedido, cesante, echado a la calle a patadas.

Compare el aumento de la educación particular en China (ese mismo país que fue de Mao y sus amigos, y ahora es más capitalista que el diablo y al que le damos nuestro petróleo bajo condiciones secretas para el pueblo gobernado por un pseudo socialismo, qué siglo XX ni XXI ni tres cuartos) y en el Ecuador es orgullo del Ministro de Educación decir que la educación particular se ha reducido.


Ríase, sí a carcajadas, cuando le oiga al Presidente Correa decir que por primera vez en la historia (personal de él) se ha repotenciado la Refinería de Esmeraldas. Fíjese, repotenciar, se repotencia algo que ya existía y ha pasado el tiempo y ha servido. Nueve años cacareando de la Refinería del Pacífico. Sacuda sus telarañas y no acepte que loca y perversamente aprueben leyes para amansar a los nietos de sus nietos. Por vergüenza no les digo Feliz Año 2016.

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