Justicia sin órdenes

En 1764 un sacerdote riobambeño clamaba contra la tremeda opresión de las mitas y para reforzar su acusación apeló al profeta Jeremías en un texto en que Yahveh abomina de los jueces prevaricadores, favorables al poderoso y reacios a dar la sentencia justa en favor de los débiles. Pues desde los tiempos bíblicos se considera a la parcialidad de los jueces como uno de los delitos mayores que una persona pueda cometer, crimen sin perdón en este mundo.


Quien esto escribe hace suyas las palabras de un sabio rabino, Israel Zolli: “No hay libertad donde los legisladores y habitantes de un país, sin distincion de raza, nacionalidad o religión, no observan también la ley moral. Lo contrario a todo esto encuentra su expresión en el hitlerismo. La voluntad del Führer en sí misma, así sostenían los teóricos de esta aberración, es ley”. Entre “los habitantes de un país” se cuentan los jueces, ellos deben mirar también la ley moral, sobre todo aquel principio universal, conocido por todos: “No hagas a otro lo que no quisieras que te hagan a ti”. El juez, si desea justicia cuando le llegue el momento de pedirla, debe hoy, en el momento de administrarla, cumplir con la ley y, sobre todo, respetar los invariables principios de defensa de los derechos humanos de los más débiles.


Debe borrarse por completo de nuestra realidad la más mínima sombra de aquella expresión nefasta de los nazis: “La voluntad del líder es ley”. El teórico jurídico del nazismo (Kronjurist le llamaban), Carl Schmitt, subordinaba la juridicidad de un estado a las “decisiones” del líder: los jueces cumplen su función cuando obedecen la razón de estado encarnada en las órdenes del líder. Demás está decir que en Schmitt se espejan todos aquellos que sentencian basados en decisiones llegadas de arriba. Anhelamos que en los juicios que se ventilan en nuestro país nadie actúe por decisiones ajenas a la ley. De paso, Schmitt defendía las decisiones tomadas por el pueblo en concentraciones dirigidas por el líder y atacaba duramente la esencia de la democracia, el pluralismo.


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