Ibarra. La vida brota y junto a ella otra se desarrolla. De niña a mujer, de adolescente a madre. El no tener información acertada sobre la sexualidad, la falta de uso de anticonceptivos, el querer dar ese ‘paso’ en pareja sin responsabilidad… son factores que inciden a desarrollar un embarazo adolescente.
En la actualidad, existen 5.206 embarazos adolescentes en la zona 1, según informó Jacqueline Arévalo, directora zonal de la promoción de la salud e igualdad del Ministerio de Salud Pública. Señaló que las acciones que se emprenden están enfocadas en reducir los índices y promover los derechos sexuales de los y las adolescentes.
Sin embargo, indicó que el embarazo adolescente es un problema de salud pública que no solo compete a las entidades que trabajan en el marco de la salud, sino que representa una problemática que es responsabilidad de varios actores.
Riesgos
“Los riesgos son muchos”, señaló a su vez la obstetra Dayana Campoverde, analista de promoción de la salud de la entidad en mención. “El embarazo precoz o adolescente es en sí, un riesgo”, comentó mientras explicó que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un embarazo adolescente se considera desde los 10 hasta los 19 años.
Problemas de tipo social, psicológico y biológico son los que trae consigo el desarrollar una vida, en una que empieza a vivir. Según Campoverde, el bullying, la exclusión, planes de vida frustrados… son solo algunos problemas sociales que enfrentan las adolescentes en esta situación.
Por otra parte, indicó que los riesgos biológicos son varios. “En esta edad, el cuerpo de la adolescente aún no está formado completamente, lo que ocasiona problemas tanto en la madre como en el niño”, sostuvo.
Apuntó que existen problemas en el parto, el nacimiento de bebés prematuros, bebés con bajo peso… y en el peor de los casos: la muerte, que constituye el más grande y grave riesgo.
Acciones
“Se trabaja con los adolescentes en facilitar información, para que se empoderen de sus derechos sexuales. Con una buena información, ellos van a saber tomar las mejores decisiones para evitar este problema”, sostuvo Campoverde. Mencionó también que las acciones van encaminadas a reducir los índices de muerte materna y se enfocan en promover los derechos sexuales que tienen los adolescentes.
Dentro de estos derechos, indicó que está la toma de decisiones libres e informadas sobre su sexualidad, el uso libre de anticonceptivos. Es decir, ellos no requieren del permiso de los padres, pareja u otro para solicitar un método anticonceptivo, el derecho de decidir si quieren o no tener relaciones con su pareja entre otros.
Por su parte, Revelo señaló que entre las acciones está la conformación de clubes de apoyo que cada establecimiento de salud tiene como parte de sus estrategias. Estos clubes están integrados por adolescentes y liderados por médicos u obstetras, para trabajar medidas de prevención y proporcionar la información, mediante diferentes métodos.
Cada grupo trabaja en torno a fortalecer su proyecto de vida, con la finalidad de dar espacios permanentes para motivar a desarrollar acciones que les conlleve a sus cumplimento. Asimismo, se llevan a cabo charlas y talleres en las diferentes unidades educativas. (CFDA)
Testimonio
“Tenía 16 años y estaba en cuarto de bachillerato. En ese entonces todo era más complicado, aún el embarazo adolescente era visto como un gran pecado, como tabú”, expresó Evelyn, mientras relata su experiencia de convertirse en madre a temprana edad.
“Jamás pensé que podía quedar embarazada. No tomamos las precauciones del caso, ni nos molestamos en protegernos de algún modo, tanto él como yo, pensamos que no podía pasar”, sostuvo, y narrón cómo esa noticia la llenó de temor, primero, al no saber cómo decirle a sus padres y segundo por miedo de no poder hacer lo que deseaba y planeaba. “Aún me faltaba mucho que hacer, mucho por vivir. Sentía vergüenza, me daba miedo que mis compañeros se burlen o me excluyan”, añadió.
Evelyn tuvo a su hijo a los 16 años, ella planeaba seguir una carrera universitaria. Sin embargo, la responsabilidad de mantener a un bebé no le permitió continuar.
Ahora, su hijo tiene 7 años y ella menciona que el convertirse en madre es una experiencia única e incomparable. Sin embargo, el ver truncados algunos de sus ideales fue una experiencia triste, pero que fue superada.
