¡Cuando no el Estado!

César Eduardo Briceño Toledo

Una controvertida Ley de Cultura estaría por promulgarse, que ha sido criticada por los diversos gremios de intelectuales del país; debido a que se pretende desconocer el aporte extraordinario de la benemérita Casa de la Cultura, en el transcurso de 71 años de su proficua existencia en el ámbito nacional e internacional.

La idea de suprimir la Casa Matriz en la ciudad de Quito y que ésta dependa como un oficina más del referido Ministerio, en todas las instancias, administrativas, económicas y culturales; que rinda “cuentas” y se elimine su “autonomía”; se constituiría sin duda en otra oficina ineficaz de la actual administración pública, coartando de esta manera la iniciativa personal y la creatividad del pensamiento intelectual, que nos hemos ufanado los ecuatorianos.

Si esa es la decisión del actual gobierno, que todo lo quiere acaparar, con resultados pocos eficaces y descartados por otros gobiernos progresistas; entonces no cabría que lleve el nombre de personaje que inspiró su creación, el doctor Benjamín Carrión, que consideró que la cultura nacional sea una gran potencia, que jamás debería estar supeditada a las veleidades del poder, peormente inmerso a los enmarañados procesos burocráticos.

Si actualmente los núcleos provinciales del país, que ostentan una aparente autonomía, atraviesan por graves dificultades económicas, ¿qué ocurriría con su futuro promisorio si espera recibir las migajas económicas que cualquier gobierno destine proporcionarle?

Hace dos años se promulgó una cuestionable Ley de Comunicación Social, que a la postre sirvió para coartar la libertad de pensamiento, que paradójicamente ahora se quiere limitar la creatividad del pensamiento humano, en sus diversas connotaciones sociales, artísticas y literarias. (O)