Pichirilos y kombis en la Mitad del Mundo

Pichirilos y kombis en la Mitad del Mundo
Tradición. Autos bien conservados fueron parte de la exhibición y la expectativa de los asistentes.

Casi un centenar de autos clásicos de la marca Volswagen se mostraron ayer frente al monumento Mitad del Mundo. Se trató del Primer Aircooled Fest Quito, que contó con cientos de espectadores, quienes aprovecharon para fotografiarse con vistosos modelos de los años 60’, 70’ y 80’.


Es una afición que apasiona a sus propietarios. Darío Sáenz es uno de ellos. Hace un año y medio adquirió su primer automóvil, un ‘escarabajo’ (pichirilo) mexicano, plomo, en 2.500 dólares.


Se encontraba en mal estado y era de color amarillo. El profesor de secundaria invirtió unos 5.000 dólares en el descapotable (llamado ‘Panchito’) que cuando circula por la ciudad atrae la vista de sus admiradores.

Concurso


Por primera vez la comunidad de pichirilos y combis organizaron este concurso que entregó premios en distintas modalidades: al más nuevo, al más antiguo, al mejor mexicano, al mejor alemán, al mejor brasileño, al mejor restaurado y al mejor conservado.


Cada fin de semana o en determinadas fechas, los dueños de estos vehículos se autoconvocan para salir de turismo a diferentes sitios del país. Son aficionados que fusionan el transporte clásico con el turismo, la aventura y la recreación.


En Ecuador se calcula que existe alrededor de unos 7.000 ‘escarabajos’ en funcionamiento. “Estos autos en los años 60’, 70’ y 80’ eran parte de la moda automotriz.


Si bien muchos no son clásicos, porque no pasan los 45 años, actualmente tiene su preferencia en la gente”, comenta Aaron Sánchez, presidente del Vocho Club Quito VW, organizador del evento en la Mitad del Mundo. (SE)

Cada uno tiene su nombre


‘Mike’ (modelo 1959), ‘Pichi’ (1980), ‘Buggi’ (1979) ‘Sexi’ (1974), ‘Panchito’ (1974)… son los nombres con los que sus propietarios se comunican con algunos ‘escarabajos’. “Hablamos con ellos porque son vehículos a los que amamos tanto”, comenta Darío Sáenz. En más de una ocasión su familia le ha pedido que se desprenda de este auto, pero él no se ha rendido. Otro propietario dijo que su combi es su hogar rodante. “Es mi casa en la playa, en la laguna, en la montaña, en todo lado”, expresa.

El Dato

Diariamente, Darío Sáenz se desplaza unos 20 kilómetros desde su casa hasta su lugar de trabajo y viceversa.