EL ABURRIMIENTO

Por Ramiro Ruiz R.


¡Qué aburrido este país! Los culpables son el montón de presuntos candidatos a la presidencia de la república. Cada uno de ellos y ellas son una banda de debiluchos, y todavía de la derecha, ufff. Los de la izquierda anacrónica con sus precandidatos imposibles de un triunfo, son otros aburridos.


Frente a este espectro político lo único que nos queda es apoyar a la Stephanía Baldeón para que convenza de una vez por todas al actual Presidente de la República y acepte la reelección. A quien le importa la Constitución, si es una carta para aburrirnos.


Pero, ¿quién será el hombre o la mujer que siga gestionando una deuda de 13.000 millones de dólares para construir la refinería del Pacífico? ¿Quién? El único el Señor Presidente. Será una obra grande, más que la ampliación del Canal de Panamá que apenas costó cinco mil milloncitos.


Digan tranquilamente, sin exaltarse, ¿quién terminará la gigantesca obra del Yachay, que será después de 300 años el ombligo de la ciencia. Está pendiente la reconstrucción de la provincia de Manabí y Esmeraldas por el terremoto. Solo el Señor Presidente levantará cada casa. Ahora mismo se ve como se reconstruyen barrios, parques, sistemas de agua potable y electrificación.


¿Quién se atreverá a quitar los estupendos beneficios de las Fuerzas Armada y la Policía? Y poco a poco, despacito, dejará sin fondos al Seguro Social, ¿quién? La Lourdes, si gana las elecciones, nos dará un gobierno de circo y nos hará reír todos los días. Ella no se atreverá a hacer estas cosas importantes.


Acaso los candidatos de derecha como Cintya o don Guille se aventurarían a entregar el petróleo a los chinitos, tan chéveres que son. Ninguno de ellos, y peor los socialistas que les temblará a expulsar a los cubanos pobres. Imposible. ¿Quién construirá carretas sin ningún concurso. Sólo el señor Presidente ha sido capaz de crear treinta y ocho ministerios y uno para alcanzar, al fin, la felicidad así en la tierra como en el cielo. No hay nadie más que él.


El solo es capaz de romper y hacer leyes. Uy, crear impuestos y amordazar el comercio con salvaguardas. Seguirá trayendo ambulancias, construirá hospitales, unidades del milenio, y se adueñará de la Casa de la Cultura. Si es necesario tranquilizará al suelo y al subsuelo para que nunca más exista un temblor. Es el dueño de la voluntad de los mortales. Por él se mueve las hojas de los árboles, llueve con su único consentimiento. De manera que dejémonos de aburrimientos y preparemos el voto que nos dará bienestar por los siguientes siglos amén.