Pesadillas

No por masoquismo, peor por para dañar el domingo, cuanto por seguir ese pensamiento del correísmo que dice que no se puede olvidar lo malo, voy a enlistar algunos nombres que quedarán para su juzgamiento como irresponsables, incapaces, audaces, borregos, sinvergüenzas, pícaros, aprovechadores.


O tal vez: lúcidos, capaces, abnegados o cualquier calificativo que usted desee darles a Pamela Aguirre, ‘La Pame’, Patricio Rivera, Alexis Mera, Ricardo Patiño, Gabriela Rivadeneira, Marcela Aguiñaga, Paco Velasco, Rosana Alvarado, Galo Chiriboga, Bety Carrillo, Alex Bravo, Pedro Delgado y Rafael Correa Delgado, por decir algunos.


Estos nombres son causa de pesadillas, quiebra económica, la más aberrante e ignominiosa existencia, de desempleo, de aumento de la migración, de impunidad; aunque seguramente para algunos serán el motivo de su bonanza económica, de sus kilos cercanos a la obesidad, de sus opulentas cuentas y vidas boyantes a costilla del pueblo.


Hemos vivido entre estas víboras, dirán los millones de ciudadanos empobrecidos, desempleados o sobrevivientes del malestar y el endeudamiento al que nos han llevado. Lo mismo pensarán miles y miles de empresarios, productores agrícolas, ganaderos, panificadores y comerciantes.


Estos nombres son un mal sueño que no termina y lo grave es que siguen lanzando sus redes electorales, haciendo sus cálculos malévolos para sostenerse o al menos salir bien librados. Pululan gracias a sus macabros planes centenas de “candidatizables”, varios de los cuales tiempo atrás eran perseguidos por este Gobierno y hoy han sido absueltos para que hagan bulto en las elecciones.


Es terrible creer en las premoniciones de santa Mariana de Jesús, quien dijo que el Ecuador no se acabará por los terremotos, sino por los malos gobiernos. El negro panorama nos lleva imperiosamente a tenerle fe y lo único que nos queda ante este terrible momento es que el pueblo despierte, se sacuda del embobamiento en que lo tienen y en pleno uso de sus atriciones les castigue en las urnas. Ojalá que con “el rabo entre las piernas” huyan de la venganza pública y desaparezcan de la vida de nuestra Patria.


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